
Para ayudar a tus plantas enfermas debes conocer qué es lo que tienen por medio de sus hojas. Una hoja sana es verde pero, ¿qué pasa con todas las demás que no cuentan con dicho color? Veamos cómo lucen las plantas enfermas y cómo podemos ayudarlas.
Hoja amarilla
Esto significa falta de hierro y una mala noticia para tus plantas. Asegúrate de que tu planta cuenta con los cuidados específicos para ella. Puede ser un exceso de riego e incluso un mal drenaje en el suelo. Soluciona estos problemas y verás a tu planta mejorar. También ve si no se está secando.

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Rizada y pálida
Falta de calcio, no hay de otra. Aporta este nutriente con un abono de cáscara de huevo y leche. Recuerda machacar bien tu cáscara de huevo antes de agregarlo y con esto mejorarás la situación.
Verde pálido y amarillo
Falta de nitrógeno. El abono casero para esto es el café, ni más ni menos. Agrega el café en polvo, antes o después de utilizarlo en tus plantas para conseguir este nutriente.
Degradado en amarillo
Falta de azufre. Hazte con azufre en polvo pero no debes agregarlo directamente al piso. Diluye 5 gramos en un litro de agua y riega tus plantas con él.
Tono pálido uniforme
Falta de magnesio. Un buen abono para recuperar el tono verde y saludable son las cáscaras de plátano. Toma la piel de los plátanos y agrégalos a una cacerola de agua hirviendo. Deja pasar un rato y cuélalo. Así tendrás todo el magnesio de la piel.
Con agujeros
Falta de potasio. Puedes hacer nuevamente el té de plátano o agregarle cenizas de madera para conseguir el nutriente.
Amarillo con zonas marchitas
Falta de fósforo. El compost es el ideal para esta tarea. Son restos de comida (orgánica claro) que aportarán muchos nutrientes a tu planta.

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