Aunque en los últimos años la comunidad LGBTIQ+ ha logrado notables avances en el reconocimiento de los derechos humanos más esenciales, aún existen muchos retos por enfrentar y hoy hablaremos sobre cómo crear espacios seguros, sanos y confiables para la comunidad.

“Todas las personas tenemos derecho a la igualdad y a la no discriminación, este derecho fundamental engloba muchos temas, entre ellos el poder disfrutar de espacios que nos permitan desarrollarnos libremente, con seguridad y confianza, sin injerencia ajena o coacción alguna. Sin embargo, en nuestro país aún queda mucho por hacer en el tema de discriminación, lo cual genera dificultades para que las personas de la comunidad LGBTIQ+ podamos gozar de lugares libres y seguros”, asegura Gabriela Valenzuela, Fundadora de Safe Zone.

De acuerdo con el Inter-American Development Bank (IDB), los espacios urbanos, suelen reflejar las relaciones sociales y pueden reproducir sistemas de dominación. En muchas ocasiones el desarrollo de estos lugares puede orientarse bajo las lógicas patriarcales, binarias y / o heteronormativas, tomando poco o nada en cuenta las necesidades de las personas disidentes de la cis-heteronorma.

En este contexto, se viola el derecho de las personas LGBTIQ+ a hacer uso del espacio urbano, con los cual son invisibilizadas y vulneradas. Aun cuando siempre han formado parte de la sociedad y tienen una gran representación en ella.

De acuerdo con datos del INEGI, en México existen 5 millones de personas con diferentes orientaciones sexuales y diversos géneros.

La Comunidad LGBTIQ+ amplía sus logros en cuanto a erechos humanos. Foto: sergey.miami2you.com

La Comunidad LGBTIQ+ amplía sus logros en cuanto a erechos humanos. Foto: sergey.miami2you.com

Parte de la comunidad LGBTIQ+ se encuentra dividida de la siguiente forma: 

La Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y Género del 2021, señaló que la población Gay, Lesbiana, Bisexual o de otra orientación sexual asciende a 4.6 millones, lo que representa 4.8 % de las personas de 15 años y más.

Por otro lado, la población Transgénero, Transexual o de otra identidad de género que no coincida con el sexo asignado al nacer es de 909 mil: 0.9 % de las personas de 15 años y más; lo que representa la presencia permanente de la comunidad LGBTIQ+ en la sociedad mexicana.

Sin embargo, actualmente en América Latina, las leyes, políticas públicas, urbanas y de seguridad, aún son deficientes en cuanto a garantizar el bienestar y la protección de las personas LGBTIQ+ en espacios públicos y privados.

De acuerdo con datos del informe “El prejuicio no conoce fronteras”, publicado por Sin Violencias LGBT, entre 2014 y 2020, 20 personas con una orientación sexual o identidad de género diversa fueron asesinadas cada mes, es decir casi 1.300 asesinatos registrados en cinco años, de los cuales 402 ocurrieron en México.

“Ante este contexto, es fundamental que levantemos la voz y en conjunto desarrollemos espacios libres de violencia de cualquier tipo. Lugares que nos brinden seguridad, comodidad, que nos permitan ser quienes somos sin cuestionamientos y que nos permitan conectar y vincularnos con otras personas”, puntualiza Valenzuela.

¡Pride! Foto: paulprescott en Depositphoto

¡Pride! Foto: paulprescott en Depositphoto

Trabajar con el entretenimiento para crear vínculos

Según datos de la CONAPRED, el año pasado se registraron mil 175 quejas relacionadas con personas de la diversidad sexual y de género, de las cuales 708 corresponden a actos relacionados con homofobia; 240 por lesbofobia, 220 por transfobia, cuatro por intersexfobia y tres por bifobia.

Por otra parte, según el INEGI al menos 81% de las personas de la sexodiversidad han padecido o tienen algún problema de salud mental como estrés o depresión.

En este sentido, las actividades de entretenimiento pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas de la comunidad, además de permitir la vinculación más cercana y real; dando como resultado una transformación en la vida de las personas de la comunidad.

“La autopercepción es en lo que estamos trabajando constantemente porque con ella podemos hacer un cambio, que bien podría parecer simple, pero el resultado transforma la forma en cómo vivimos y nos desarrollamos como personas pertenecientes a la comunidad LGBTIQ+, así mejoramos la salud física y mental, al mismo tiempo que nos encargamos de mantener presente nuestra existencia a la sociedad y dentro de la misma comunidad”, finaliza Gabriela Valenzuela.

Fuente:  Safe Zone


Mira este post: 7 pasos para ser aliadx con la comunidad Trans e Intersexual


Síguenos en redes sociales como @KENArevista: