Lo rosa, el chisme, las muñecas, 101 maneras para conseguir pareja, pleitos entre amigas, la ropa, el maquillaje, las uñas, los implantes y quién tiene botox y quién no, así como todas las variantes de esta línea… ¿son realmente, cosas de mujeres?
«(No son micro) Machismos Cotidianos» es el libro que ya les había comentado y recomendado en la nota de Desodorantes contra lo que huele mal:, de Claudia de la Garza y Eréndira Derbez y que nos presentan 98 conductas y actitudes que nos violentan y minimizan. De vez en cuando, al azar (donde se abra la página) o de acuerdo a la circunstancia y a manera de reflexión colectiva, les dejaré por aquí uno. Veamos a qué se refieren con «Cosas de Mujeres» y el peligro de esa generalización.
Esta vez, en modo random abrí la página 93 y surgió el Micro Machismo 42:
«Cosas de Mujeres: Los temas superficiales, frívolos, poco profundos y cursis»
Este punto habla de que esos temas son achacados a nosotras, muchos medios refuerzan esta idea de que los temas que nos interesan son las compras, la moda, el hogar (incluida pareja, boda, hijos) y la belleza, así como los romances de las celebridades.
No es que esto no sea cierto, a algunas nos interesan y consumimos esos temas. Pero la regla de oro: «generalizar es mentir». Habrá a las que no les interesen esos temas y además habrá hombres a los que sí, algunos, nunca a todos. Tampoco es regla total ni general ni mucho menos absoluta… la gran mentira radica en que a todas nosotras y en exclusiva, esos temas sean lo único que nos interesa, que lo hacemos de modo cero reflexivo (porque cualquier tema puede ser tan profundo o tan superficial como se escarbe) y que sea de lo único que somos capaces de hablar.
«Incluyen también una serie de consejos para mejorar la autoestima, siempre enfocados en la aceptación de los otros: «Cómo saber si te llamará de nuevo», «cómo atrapar marido», «cómo volverlo loco en la cama…» Es decir, todos estos contenidos «femeninos» que se lanzan sobre nosotras son una avalancha de recetas para agradar a los otros: hijos, amantes, esposos, jefes».
No son micro Machismos cotidianos
La realidad no puede estar más alejada de esa tipificación absurda, muchas veces (algunos) hombres buscan a sus amigas o familiares mujeres cuando quieren hablar de algo íntimo o de un tema que les mueve profundamente las emociones (¿te ha pasado o lo has visto?) Y aunque no siempre sea así, ellos también pueden juntarse en reuniones a chismear, a hablar de temas superfluos y también lo pueden hacer profundamente. Al igual que nosotras podemos hablar de política, negocios, filosofía, economía y demás temas «tipificados como exclusivos del mundo de ellos».
La variedad de temas -y niveles de profundidad para tratarlos- es infinita como cabezas en el mundo y como humor y circunstancia de cada momento. Es una reducción y restricción encasillar qué temas son de quién. Liberémonos.
Así que la siguiente vez que te enfrentes a un típico «eso son cosas de mujeres» abre bien los ojos, las orejas y sobre todo: la boca. Paremos eso por el bien de la humanidad.
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