Londres sin duda es una de las semanas de la moda, que para mí, tiene más incide en términos de innovación, estilo e historia. La cuidad, como sus creativos, se mantiene fiel a su historia, su esencia y su estilo.
La semana de la moda en Londres es muy breve. Usualmente toma lugar entre viernes y lunes, por lo que es factible resumirla en una columna.
-Lo bueno: la siluetas, el color, los cortes y propuestas originales;
-Lo malo: es que no entiendo porqué en la cuidad no se siente esa euforia del «Fashion Week» a diferencia de sus contra partes.
Burberry, quien ofrece la colección más grande de Londres, se lució presentando un show sublime inspirado en las esculturas del inglés Henry Moore.
Si algo tiene Londres es que es muy fiel a su gente, sus orígenes, su música, su «vida». La propuesta fueron siluetas asimétricas ajustadas al cuerpo, alejándose de la tendencia del over-size mantiene piezas aún opulentas pero más ajustadas a la figura. Entre tejidos, cortés y brocado nos deleitó con una colección que sedujo.
Christopher Kane, quien la temporada pasada presentó, en términos de calzados una colección con Crocs decorados, está vez surge con tacones con esponjas incorporadas a ellos.
Pero más allá de la irreverencia en el calzado, cosa que me hace pensar que Kane no es fan de ningún tipo de zapato, la colección se puede resumir como una sinopsis de la mezcla entre la tecnología y lo artesanal. Combinando aplicados de impresión 3D con bordados artesanales del tipo «Gainsborough Skills» (casa de tejidos fundada el año 1903 quien marca pauta en Inglaterra desde entonces). También muchas telas con estampados fotográficos, originan una colección muy moderna algo alejada a su esencia usual pero interesante. A su vez, el diseñador lanzó su línea de carteras que están disponibles en línea de forma inmediata luego del show.
Pringle of Scotland, presentó un show inspirado en los 60’s, digamos un poco silenciado en términos de color, pero con una reformulación mucho más moderna de siluetas. De hecho lo encuentro interesante y como una posible tendencia porque ya he visto como varios diseñadores, si bien fieles a la tendencia de lo «maxi», en vez de tener mucho de todo lo están conceptualizando y enfocando en un tema en específico.
Erdem, quien nunca ha sido una marca politizada, irrumpe con una colección honrando los orígenes turcos de su creativo lo que hace alusión a los problemas políticos que sufre su país y la agravada crisis del medio este. Esto resultó en una gama de bordados y brocados intensos en colores en sus siluetas y cortes.
Roksanda llincic fue mi colección favorita, presentando una colección, si bien muy comercial, resultó extremadamente elegante y fiel a esa esencia femenina. Con una tonalidad al color conocido como Nicoll Blue, en honor al diseñador australiano, ex compañero universitario de llincic; empezó una pasarela que se convirtió en un mar de paletas de colores terminando en tonos rojos apasionantes. De mis piezas favoritas una chaqueta de cuero blanca con puntadas rojas. Está colección fue el retrato de la elegancia femenina.
Y aun si Londres es breve, en está ciudad se origina mucha de nuestra historia en general y sin duda lo es en la moda, no solo se marcaron tendencias de colores, de siluetas y figuras, sino seguramente mucho se suscitará de esta creatividad. Solo toca esperar que el entusiasmo en las manifestaciones de moda siga creciendo en Londres sin que se pierda esa fuerte identidad.
Gabi Ramos
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