El cáncer colorrectal es un término general que se utiliza a menudo para describir varios tipos diferentes de cánceres que se encuentran en el intestino grueso. Esto incluye el cáncer de colon y el cáncer de recto. Este cáncer ocupa el tercer lugar en incidencia y el cuarto en mortalidad a nivel mundial según la OMS.
La diferencia entre los dos tipos de cáncer, según el Dr. Antonio Ucar, oncólogo y hematólogo del BHM Cancer Institute, es su localización en la parte inferior del conducto gastrointestinal.
El cáncer de colon describe tumores que se encuentran más arriba en el colon, y el cáncer rectal significa tumores que se encuentran en la última parte del intestino grueso o el colon. El tratamiento para cada tipo de cáncer varía, así que tienen nombres distintos.
Debido a que este cáncer a menudo tiene pocos síntomas hasta que llega a una etapa avanzada, se conoce como un “asesino silencioso”; pero el Dr. Ucar dice que, para prevenir el cáncer avanzado, la gente debe estar al tanto de estas señales clásicas de que algo podría andar mal como:
- Dolor abdominal, sangramiento rectal
- Heces oscuras (indicando posible sangre en las heces)
- Diarrea
- Estreñimiento,
- Anemia por deficiencia de hierro como resultado de sangramiento en el conducto digestivo.
Las preguntas más frecuentes sobre el cáncer colorrectal
Aquí te dejamos una entrevista con el Dr. Antonio Ucar, en donde responde algunas de las preguntas más importantes al respecto; ¡conoce un poco más sobre el tema!
P: ¿Nos puede hablar acerca de los factores de riesgo principales para el cáncer colorrectal?
Dr. Antonio Ucar: Los factores de riesgo importantes que las personas pueden no ponerles mucha atención son la edad, las personas mayores de 50 años tienen un riesgo más alto; los antecedentes familiares, tener un familiar con cáncer colorrectal o con pólipos colorrectales; la enfermedad intestinal inflamatoria, la colitis ulcerativa o la enfermedad de Crohn.
Otros factores menos conocidos incluyen factores raciales o étnicos, los afroamericanos tienen probabilidades aproximadamente un 20 por ciento mayores de desarrollar cáncer de colon durante sus vidas y las personas de descendencia judía esquenacita también tienden a tener una frecuencia más alta de cáncer colorrectal.
P: ¿Hay algún síntoma que la mayoría de las personas no necesariamente asociarían con cáncer colorrectal?
Dr. Antonio Ucar: Hay síntomas que no son específicos y por esto puede que no sean asociados con el cáncer colorrectal en primera instancia. Algo tan simple como sentirse fatigado. Por ejemplo, uno de mis pacientes que es corredor, llego donde mi para manifestar su cansancio extremo luego de hacer ejercicio: ‘Doctor, yo antes corría cinco millas al día y ahora después de una milla estoy exhausto y pienso que no puedo seguir corriendo’, eso podría ser una indicación de que el paciente desarrolló anemia, la cual puede estar relacionada con la pérdida de sangre por causa de una lesión maligna como el cáncer de colon.
Además, cuando los pacientes tienen estreñimiento o cuando se percatan que las heces están más
pequeñas o delgadas, eso puede indicar que hay algún bloqueo en la ruta de las heces. Síntomas más
específicos relacionados con el conducto gastrointestinal incluyen distensión abdominal, o una masa
palpable.
P: ¿Nos puede explicar las guías o medidas para las pruebas de detección del cáncer colorrectal?
Dr. Antonio Ucar: Los pacientes que tienen un ‘riesgo promedio’ son aquellos que no tienen factores predisponentes. No han tenido cáncer previamente ni pólipos, antecedentes familiares, enfermedad intestinal inflamatoria, síndrome hereditario de cáncer colorrectal, o radioterapia anterior al abdomen/pelvis.
Para estos pacientes con riesgo promedio, la recomendación del American Cancer Society hoy en día es comenzar a hacer colonoscopias de detección a la edad de 45 años, en vez de a los 50 como estuvo propuesto por muchos años. La frecuencia del cáncer colorrectal en el grupo de 40 a 49 años ha estado aumentando, y eso ha sido el catalizador para que se recomienden colonoscopias más temprano.
P: ¿Nos puede hablar con más detalle acerca de las variadas pruebas para el cáncer colorrectal que están disponibles, además de la colonoscopia?
Dr. Antonio Ucar: Hay otras pruebas que son más simples y no invasivas que se pueden hacer una vez al año, como una prueba inmunoquímica fecal (PIF en español o FIT por sus siglas en inglés) y la prueba de sangre oculta de guayacol (gFOBT).
Estas pruebas no son tan específicas como una colonoscopia, pero aun así pueden ser muy eficaces. Hay otras pruebas como la prueba de ADN de las heces (FIT-DNA) que detecta no solamente sangre en las heces, pero también ADN tumoral o de un pólipo que podría alertarle a la presencia de pólipos complejos o de cáncer en el colon. Hay otras pruebas que son no-invasivas que también pueden ser útiles como la colonografía por CT (colonoscopia virtual).
La sigmoidoscopia flexible es más simple que una colonoscopía porque requiere menos preparación del intestino, pero la limitación es que únicamente examina el lado izquierdo del colon.
P: ¿Es cierto que, si una persona ya tiene síntomas, entonces las probabilidades son que el cáncer ya ha avanzado?
Dr. Antonio Ucar: No necesariamente. A veces los pacientes tienen síntomas obstructivos y el cáncer aún está localizado, y por consiguiente es curable. Sin embargo, queremos encontrar los tumores cuando son muy pequeños o cuando el paciente aún no tiene cáncer – cuando el paciente tiene un pólipo premaligno, esa es la mejor manera de intervenir y curar al paciente, o prevenir que el cáncer se desarrolle del todo.
Si usted tiene estos factores de riesgo, el Dr. Ucar recomienda hablar con su médico acerca de las nuevas directrices para las pruebas de detección del cáncer colorrectal y hacerse su primera prueba de detección a los 45 años en vez de a los 50, que es lo que la United States Preventive Services Task Force (USPSTF) recomienda actualmente para las personas con un riesgo promedio para el cáncer colorrectal.
Las personas con un familiar de primer grado – padre, madre, hermano o hermana – que hayan desarrollado cáncer colorrectal deben ser evaluadas 10 años antes de la edad en la cual su pariente fue diagnosticado. Así que, si su padre fue diagnosticado con cáncer de colon a los 45 años, entonces su primera prueba debe ser a los 35 años.
“La situación ideal es detectar el cáncer más temprano, porque la tasa de sanación será mucho más
alta”.
Fuente: Miami Cancer Institute
Foto principal Freepik
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