La especialista en marketing, Estefanía Cárdenas, revela la poderosa y muy especial relación que existe entre dos aristas complementarias en su libro “En el marketing como en el amor”.

¿Quién no se ha enamorado? ¿Quién no ha vivido esa ilusión, conexión, esperanza, felicidad, así como el desamor y todo lo que conlleva? Seguramente todos.

Quizá también pensarás que estas vivencias solo se experimentan en una relación amorosa entre dos personas. Sin embargo, esto no es así, pues lo mismo se observa en una relación de negocios entre una agencia y su cliente.

Y son precisamente estas semejanzas las que refleja la autora Estefanía Cárdenas en su libro titulado “En el marketing como en el amor”, donde pone en evidencia cómo estas dos acciones guardan una relación muy estrecha que resulta ser muy significativa.

En el marketing como en el amor

En esta obra Cárdenas, quien es experta en marketing y reconocida oradora internacional, plasma cómo el amor y el marketing trabajan con las emociones para lograr sacar a flote un producto y que este sea exitoso, solo si tomas el camino correcto, tal y como sucede con una relación amorosa.

No obstante, si te desvías o fallas: “Acabarás con el corazón o el bolsillo roto”, explica la sinopsis del libro.

En una entrevista exclusiva para la revista Kena, la autora comentó que precisamente una de estas semejanzas es que muchas veces los clientes no saben lo que quieren, lo que necesitan, siendo éste un inconveniente que puede afectar tanto una relación de pareja, como de negocios.

“Yo creo que ese es el problema más grande de las relaciones de pareja y la situación más compleja para la comunicación, porque en el amor muchas veces reaccionamos con el estómago, y no vemos más allá lo que podría ser o lo que quisiéramos que fuera”, explicó.

Tiempo de remodelar en el marketing como en el amor

 La autora también dejó claro un punto que habla sobre ese momento en que las personas se dan un espacio para sanar, bien sea por un conflicto interno que llevó a que una relación se terminara o por otros detonantes. Este proceso lo califica como “cerrado por remodelación”.

“Es igual que en un negocio. Cuando tu empresa tiene cosas que arreglarle, no vas a dejar que los clientes entren si se está cayendo el techo, si tienes fugas de agua por todos lados, pues no estás ofreciendo una experiencia bonita. Entonces, de pronto surge la necesidad de parar un poquito en las relaciones y pensar en remodelar tu ser, tu existencia y ver si se te está cayendo el techo, si tienes una fuga y prepararte, ¿no? Eso es muy bueno para el próximo amor que venga, porque lo recibirás ya bonita”, comentó.

Sé fiel a un solo amor

Tanto en el marketing como en el amor, enfocarse en tener muchos pretendientes a tener solo uno, no es el camino más idóneo. La especialista explica que en estos casos las ventas consolidadas son lo realmente importante.

“Imagínate que tuvieras ocho mil interesados en tu producto y mandaras ocho mil cotizaciones y ninguno te comprara, pero que tuvieras en otro escenario un cliente seguro que te está comprando todo el tiempo y que está haciendo subsistir tu negocio. Es mucho más redituable la venta constante a la venta por volumen”, afirmó. “Creo que el hecho de poder consolidar un segmento de mercado o un cliente fijo y constante te da seguridad y certeza y eso en las relaciones comerciales o amorosas es súper importante”, agregó.

Un perfecto equilibrio tanto en el marketing como en el amor

Los negocios y el tiempo de calidad de pareja, de familia o amigos debe ser equilibrado; uno compensa al otro. Sobre este tema se habla mucho en este libro, pues la autora asegura que todas son relaciones interpersonales.

“Las relaciones de negocio son entre dos personas que compran y venden cualquier producto. Las relaciones de familia son entre personas que interactúan y que reciben y dan valor. Cuando entendemos esto, comprendemos también que nuestra existencia y nuestra humanidad exige un equilibrio de amor, de familia y de negocio también”, manifiesta.

“El tema del negocio nos hace ser productivas, nos hace ser completas, nos hace sentirnos realizadas y eso ayuda también a que tengamos mucho más que dar en el tema de familia. No nada más económicamente, sino existencialmente. Y por ahí hay una frase que dice: ‘Por el bien de la familia, primero el negocio’”, asegura.

¿Cliente perfecto?

Disney nos idealizó con el cuento de encontrar al príncipe azul, ese ser perfecto que viene a hacernos felices y a sacarnos de ese lado oscuro en el que podemos encontrarnos.

No obstante, con el paso del tiempo, hemos entendido que no existe el hombre perfecto, así como tampoco el cliente perfecto.

“Por ahí escuché una frase que decía: ‘No existen las parejas felices, existen las personas felices que se encuentran, y no existen las parejas tóxicas, existen las personas dañadas que se atraen’. Lo mismo sucede con un negocio y un cliente. No existe el cliente perfecto. Existe el cliente oportuno para la temporada del negocio por la que estás atravesando en este momento, pero eso no quiere decir que ya la tengas ganada. Quiere decir que tienes que continuar día con día innovando y buscando que ese u otro cliente tenga la reciprocidad y satisfacción necesaria para continuar tu negocio”, asegura.

Por último, la autora deja claro su mensaje a todo aquel que se tome un momento para leer esta obra: “Todas las personas pueden hacer marketing”. Y esto independientemente de la profesión que tengas y a lo que te dediques, pues, al final del día, “el marketing es generar esta relación y esta interacción entre personas. Eso es todo”.

https://kena.com/walter-riso-libros-de-desapegos-emocionales/


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