A veces, cuando fantaseamos con sexo nos imaginamos una actividad sexual llena de acrobacias, sudor y rasguños en la espalda pero hay ocasiones donde la práctica sale totalmente diferente. Hay enemigos sexuales que suelen ganar esta batalla, ¡no te dejes!

¿Por qué existe un bajón en plena actividad sexual? Cuando el cuerpo humano se ve sometido a estrés, preocupaciones, enfermedades físicas y hasta mentales, suele existir ciertos vacíos placenteros.

Sexólogos afirman que estos temas suelen disminuir significativamente el apetito sexual y para profundizar más en el tema y des freno a esos enemigos sexuales, te puntualizaremos sobre alguno de ellos.

Enemigos sexuales

  1. Exceso de información: “en un mundo con tantísima información sobre sexo es cuando más necesaria se hace una educación sexual que proporcione información fiable. Pero seguimos cojeando en este aspecto.” Así lo semana la sexóloga Arola Poch, autora del libro sobre sexualidad Las cosas claras quien además asegura que ese bombardeo de información sobre el sexo a través de diferentes canales afecta y en proporciones considerables. ¿Qué tal si disfrutamos más de nuestro sexo y de nuestra manera natural de hacerlo, sin tener que buscar tanta información?
  1. Expectativas por los cielos: “alrededor del sexo se generan falsas ideas de cómo van a ser los encuentros. Volvemos a la falta de educación sexual que hace que no se disponga de información real, que permita ajustar esas expectativas para que los encuentros partan de la realidad (no de la fantasía) y, de esta manera, evitar algunas decepciones”, dice Poch. Cuando estamos con amigos de confianza, solemos escuchar sobre la experiencia basada en terceros, ¿cómo lo hizo fulanita? ¿Qué es lo que más le gusta a sutanito? Y aquí empieza nuestro cerebro a maquinar acciones sexuales “copias” y no originales. Cuando llega el momento de la verdad, “pff” expectativas abajo… y aquí empieza el problema entre sábanas.
  1. Bendito estrés: no es un mito, es una realidad. Cuando la mente y el cuerpo se somenten a mucha carga emotiva, automáticamente el deseo sexual se ve afectado. Puedes sentir falta de interés al hacerlo, pocas energías, los grandes dolores de cabeza que te limitan a… entre muchos otros. Es necesario aprender a manejar correctamente el estrés. ¿Cómo hacerlo?, con técnicas de meditación o mindfulness que nos ayuden a centrarnos en el momento.
  1. Autoestima baja: para poder disfrutar el cuerpo de otro es importante disfrutarse el de uno mismo. Disfruta de tu cuerpo, de lo hermosa que te ves, lo sexy que eres y empodera tu autoestima para que el sexo y todo lo demás sean factores potentes de vida. “La carencia de amor propio genera miedos, vergüenza, inseguridades, culpas y auto exigencia sexual”. Explica la sexóloga Sonia García y plantea la importancia de auto descubrir un lenguaje interno siempre positivo.

La ayuda médica nunca está de más para recuperar esas ganas de ser una diablita en la cama, sin tabúes, preocupaciones ni bajas autoestimas.

 

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