Los hijos son una bendición para la familia. Muchas veces, cuando una pareja decide crecer en el ámbito familiar es porque está en un etapa sólida, en todo sentido. Nace el primer hijo y tanto la madre como el padre experimentan cambios emocionales y de la relación que nadie conoce, solo, ellos, cuando ya tienen al bebé en brazos.
Para nadie es un secreto que la convivencia y rutina cambian. Y puede ser que la experiencia para uno de los dos no sea como lo esperaba, por lo cual, uno de los dos decide solo tener un hijo. Esta es una de la grandes diferencias, muchas veces, indiscutibles a las que una pareja puede hacerle frente, ya que es una decisión que ambos deben afrontar para el buen desarrollo de la vida en pareja.
Hijos: ¿por qué se cambia de opinión?
Hay muchas parejas que al ser novios sueñan con tener familiar numerosas pero cuando están ya en la relación, formalizados y viviendo con su primer hijo pueden cambiar de opinión. Como te mencioné, una de las razones puede ser por la experiencia vivida en el primer embarazo, parto y crianza de sus hijo. En otros caso, pueden ser por variables económicas y calidad de vida que se le pueda ofrecer a sus hijos.
Hay hombres y mujeres que por diversas razones, se resisten a la idea de tener la cantidad de hijos que anhelaban tener ya que se da cuenta que no están preparados para un segundo hijo después de enfrentarse a la nueva realidad y ver las responsabilidades y gastos que amerita. El problema es que pero su pareja sí desee hacerlo.
Los hijos deben ser planificados en acuerdo de ambos. Foto de Jonathan Borba on Unsplash
¿Cómo llegamos a un acuerdo?
Ante este tipo de vicisitudes lo mejor es hablar y exponerle a tu pareja la razón por la cual no deseas tener más hijos. La comunicación es indispensable en este tipo de casos. Escuchar al otro es entender su posición sobre el tema. Lo importante es que ambos estén al tanto de las circunstancias que implica el tener un nuevo miembro en el hogar, que aunque lo principal que trae es alegría, también a futuro trae consigo nuevas responsabilidades por parte de ambos.
Es vital recordar que ser padres no es por obligación y debe ser una responsabilidad que debe ser asumida y deseada por la pareja. Si entre ustedes no pueden llegar a un acuerdo, lo mejor es visitar un terapeuta de pareja.
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