La salud emocional es un tema que nos preocupa y ocupa en KENA, por eso, nos acercamos a Manuel Hernández* para conocer cómo la estamos pasando después de dos meses de confinamiento en México. ¿Qué podemos hacer para cuidarnos y estar mucho mejor, emocionalmente hablando? Esto fue lo que nos compartió.
Cuéntanos, ¿cómo ha impactado en la salud emocional todo lo que ha pasado con el Covid?
Desde mi perspectiva creo que lo podemos pensar desde dos lugares.
- El primero es entender que esta pandemia la estamos viviendo cuatro grupos de personas: niños, adolescentes, adultos y personas de la tercera edad.
Tener en casa a los niños pequeños es un gran desafío ya que no solo son inquietos, sino que desean estar todo el tiempo con papá y con mamá. De alguna manera es su sueño anhelado hecho realidad. Sin embargo, el paso de los días puede traer algunos efectos psicológicos. El aislamiento social, la dificultad de poder jugar libremente o cosas como salir al parque pueden generarles un nivel de estrés que se puede traducir en que estén más inquietos de lo habitual, que peleen más entre hermanos y quizá en algunos podríamos observar cierto grado de irritabilidad.
En los adolescentes y adultos encontramos dos tipos de reacciones. Por un lado, aquellos que anhelan volver a salir, recuperar su vida y ver a sus familiares y amigos más cercanos. En contraste, para algunos, el retomar actividades y enfrentarse a una nueva normalidad, les genera temor e incertidumbre, además de mucha angustia.
Dependiendo de la personalidad y los recursos emocionales de cada uno es como podemos observar sus reacciones. Por ejemplo, quienes tienden a ser más extrovertidos, sociables o cuya dinámica personal involucraba tener múltiples compromisos, son los que pueden presentar mayor irritabilidad por el encierro, angustia, ansiedad, depresión y un alto grado de estrés.
Por otro lado, aquellos cuya personalidad es más bien tímida, sensible, vulnerable o insegura, pueden presentar una sensación de “atrapamiento”, es decir, pensar que esto nunca va a terminar y que casi casi vamos a vivir toda la vida encerrados en casa. O bien, podrían presentar mucho miedo al contagio y tener temor de salir a la calle.
2. En un segundo plano están los duelos que vienen, porque muchos enfrentan la difícil situación de ver afectada su economía ya sea porque les bajaron el sueldo o les toco recorte de personal. En paralelo para otros el perder a un ser querido será algo que impacte de manera importante en su vida.
He escuchado mucho el tema del síndrome de la cabaña, cuéntanos qué es y cómo puede tratarse.
El síndrome de la cabaña podemos describirlo como un miedo exagerado a salir a la calle tras haber pasado varios meses encerrados en casa. Quienes lo sufren, pueden experimentar síntomas depresivos, apatía ante la monotonía del confinamiento, y un cuadro de ansiedad por el temor a contagiarse.
Uno de los elementos centrales para poder superarlo es tomar conciencia de las emociones que nos genera. En segundo lugar, describirlas nos ayuda a irlas procesando y en cierto sentido, nos permite ir haciendo algunos cuestionamientos para identificar alguna idea o creencia irracional. De manera similar, algo que puede ayudar a contener ciertas ideas o emociones es mantener las medidas de higiene o cuidados que nos han indicado las instancias de salud. Finalmente, el empezar a salir de manera gradual buscando conectar con emociones positivas respecto a los lugares que frecuentamos nos ayudará a ir retomando la confianza poco a poco.
¿Cuáles son las recomendaciones para regresar a una normalidad… que no es normal?
El confinamiento nos ha llevado a una situación en la que podemos sentirnos atrapados y con la angustia de no saber cuánto tiempo estaremos así, pero es importante recordar que esto tiene una fecha de término y que podremos volver a hacer planes a futuro.
El tener la posibilidad de volver a retomar algunas de nuestras actividades involucra seguir manteniendo las medidas de higiene que se nos han sugerido, evitar el contacto físico y sobre todo, reuniones. Seguir cuidando de nuestra alimentación será parte de los cuidados a seguir.
El home office cobrará un mayor posicionamiento, el comercio electrónico tomará el mando, los eventos públicos van a pasar una larga cuarentena hasta que se pueda volver a tener la suficiente confianza para asistir a conciertos, conferencias, etc. El turismo será nacional por un tiempo. Cambios como estos, son parte de la nueva normalidad.
Una vez que aceptemos la nueva realidad, podremos desarrollar nuevos hábitos y confianza en nosotros mismos, cuanto más nos esforcemos en ver qué aspectos nos enseñó esta pandemia, más rápido podremos atravesar la curva del cambio.
Muchísima gente ha perdido sus trabajos, ¿qué les recomiendas para empezar desde cero?
Frecuentemente escuchamos que las crisis son una oportunidad, pero es difícil hacerlo cuando estamos llenos de angustia o miedos.
Hay algo que le explico a mis pacientes en torno al tema de la adversidad: Les digo que en la vida siempre vamos a enfrentar problemas, rupturas, pérdidas y dificultades, pero que éstas son parte natural de la vida, es decir, no es que el mundo, dios, la vida o alguien esté en nuestra contra y que sea injusto lo que estamos viviendo, sino que son cosas que tenemos que vivir para aprender, crecer y fortalecernos. Es como la materia de matemáticas en la secundaria, la tenemos que cursar nos guste o no, así muchas situaciones de vida las tenemos que pasar como una materia de vida.
Cuando aprendemos que es algo natural, entonces podemos mirar dichas dificultades o adversidades como un reto a superar y del cual podemos aprender. Víctor Frankl decía “Todo le puede ser despojado al ser humano menos su capacidad de elegir una actitud dadas ciertas circunstancias, elegir el propio camino”.
En ese sentido, a las personas que nos leen, yo les diría que busquen o identifiquen cuáles son sus habilidades y capacidades más destacadas y de manera creativa vean cómo las pueden aprovechar en este momento de crisis. Van a tener mayor oportunidad de avance aquellos que sepan aprender, desaprender y reaprender.
¿Qué recursos emocionales o de tratamiento emocional recomiendas, que no tengan costo?
Ser resilientes será otra forma de avanzar. Recordemos que la palabra resiliencia implica la capacidad de sobreponerse a situaciones difíciles y adaptarse luego de experimentar una crisis o dolor emocional. Existe una red se sostén y salud emocional para familias de pacientes Covid disponible 24/7 cuyo número es 5541.65.7000. Centro Eleia es otra institución de gran renombre en México que cuenta con una clínica de bajo costo con especialistas que pueden brindar el apoyo y acompañamiento emocional que en este momento se requiere.
Para terminar… cuidado con la ansiedad
El ser humano necesita tener certeza en la mayor parte de las cosas. Y cuando no la tiene, eso lo llena de miedo, angustia y ansiedad. En ese sentido todo lo que estamos viviendo ha generado niveles de ansiedad significativos, lo que vuelve necesario el entender ¿qué es la ansiedad? A finde poder identificarla.
La ansiedad se caracteriza por una preocupación extrema, tiene tanto síntomas físicos como emocionales. Los síntomas físicos más comunes son fatiga, dolor de cabeza, tensión muscular, sudoración y alteración del sueño. Los síntomas emocionales van desde la incapacidad para relajarse, una necesidad imperiosa por saber que va a pasar en el futuro, experimentar una sensación de peligro inminente, irritabilidad, pánico y nerviosismo.
Cuando estos síntomas persisten a pesar de haber realizado diferentes esfuerzos para relajarnos, es momento de buscar la ayuda de un especialista.
*MANUEL HERNÁNDEZ / Psicoanalista, Director General de DESCÜBRIÉNDOTE, clínica y consultoría enfocada a Salud emocional.
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