Probablemente estés sufriendo del síndrome de ojo seco y aún no lo sabes. Aquí te explicaremos cuáles son los síntomas y qué puedes hacer.
Yo, particularmente, trabajo muchas horas al día frente a la computadora y en algún descanso me pongo a ver el celular. Entonces mis ojos están todo el tiempo mirando una pantalla y he empezado a sentir irritación, lagrimeo y como si tuviera una basurita que no deja de molestar.
Por eso fui al oftalmólogo quien me diagnosticó que estaba presentando el síndrome del ojo seco y me explicó todo lo referente a esta afección. En mi caso, hay que tomar en cuenta que uso lentes de contacto, rondo los cincuenta y estoy en la etapa premenopáusica.
El síndrome del ojo seco es una enfermedad multifactorial que provoca que la lágrima natural del ojo sea menor de la habitual y de peor calidad. Como consecuencia, la córnea, la conjuntiva y los párpados pueden verse afectados.
Cuando hablamos del síndrome del ojo seco lo hacemos de una enfermedad crónica que va progresando poco a poco y en la que intervienen varios mecanismos.
“Los principales factores implicados son la inestabilidad lagrimal, la hiperosmoralidad lagrimal, la inflamación, el daño celular de la superficie ocular y las alteraciones neurosensoriales”, explica Paloma Martínez de Carneros, de la Clínica Oftalmológica Martínez de Carneros, quien señala que una de las causas más frecuentes de ojo seco en nuestra población es la disfunción de las glándulas de Meibomio, responsables de producir una secreción grasa que forma parte de la película lagrimal.
El ojo seco puede aparecer en grupos de personas muy diferentes. Algunos de los más frecuentes son:
- Mujeres que están en la menopausia (por los cambios hormonales que favorecen la enfermedad).
- Personas de edad avanzada.
- Fumadores.
- Usuarios de lentes de contacto.
- Pacientes que toman ciertos medicamentos o que tienen enfermedades que causan una menor producción de lágrimas, como pueden ser los antidepresivos, fármacos tiroideos, las enfermedades autoinmunes e incluso pacientes que han recibido quimioterapia o radioterapia.
“Además, existen elementos externos como son el humo, la calefacción, los aires acondicionados y el uso frecuente de pantallas electrónicas que agravan la situación”, añade Martínez de Carneros.
¿Cuáles son los síntomas más frecuentes?
Existen síntomas que pueden avisarnos de que ha llegado el momento de acudir al oftalmólogo. Para empezar, la sensación de que hay un cuerpo extraño en nuestro ojo, tener escozor, pinchazos y arenilla.
Por otro lado, las personas con ojo seco también pueden tener visión borrosa por la presencia de heridas e inflamación en la superficie ocular. En estos casos, los síntomas limitan mucho la vida de los pacientes y requieren un tratamiento y seguimiento personalizado.
“Su patología les afecta en el ámbito laboral por el número de horas que emplean frente a las pantallas y los dispositivos electrónicos y también en el ámbito personal por lo sintomática que puede llegar a ser la enfermedad en sus ratos libres”, agrega la especialista.
Respecto a si se puede prevenir, Martínez de Carneros aclara que es muy importante entender que el ojo seco es una enfermedad progresiva, por lo que es fundamental un diagnóstico y tratamiento temprano.
“De este modo podemos controlar sus efectos a largo plazo y evitar su empeoramiento. En mi consulta diaria suelo recomendar parpadear de forma consciente lo máximo posible y la regla del 20-20-20: cada 20 minutos descansar 20 segundos mirando a una distancia de 20 pies (que serían 6 metros) y de este modo evitaremos el síndrome de fatiga visual informática, muy frecuente en nuestro día a día por el uso de móviles, iPads, ordenadores…”.
¿Cómo se puede tratar?
La experta explica que el abordaje del ojo seco es multidisciplinario y en forma de pirámide terapéutica.
En primer lugar, se parte de consejos generales de higiene palpebral, la recomendación de tomar suplementos de ácidos grasos omega 3 y reducir los factores agravantes o elementos externos, así como mejorar las condiciones ambientales del entorno o la prescripción de lágrimas artificiales en gotas, geles o pomadas nocturnas.
En segundo lugar, “para controlar la inflamación de la enfermedad es necesario pautar corticoides, ciclosporina, tetraciclinas y antiinflamatorios. En casos más avanzados da muy buenos resultados el suero autólogo y poner tapones lagrimales para retener la mayor cantidad de lágrimas. El tratamiento más novedoso dentro de la pirámide del ojo seco es el IPL (luz pulsada intensa)».
¿Qué es la luz pulsada intensa?
Sobre este tratamiento, Martínez de Carneros especifica que se trata de un sistema de luz pulsada intensa regulada, cuya secuencia de micropulsos generan calor, acción antiinflamatoria y antibiótica y estimulan las glándulas de Meibomio.
“Serán aptos aquellos pacientes con ojos secos parcialmente evaporativos y con disfunciones de las glándulas de Meibomio”, añade la especialista, quien señala que es un procedimiento indoloro, no invasivo e inocuo para el globo ocular. “El tratamiento dura muy pocos segundos y la recuperación es inmediata. El paciente podrá hacer su vida habitual después de haber recibido el tratamiento”, concluye.
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Con información de cuidateplus.marca.com
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