Es crucial ser más prudentes con las cosas que decimos y saber cómo podría repercutir en nuestro entorno. Por eso te aconsejamos que tengas cuidado con lo que dices dentro de tu casa y conozcas más al respecto. La ley es no maldecir ni en casa (y evitarlo incluso fuera de ella).

Las palabras tienen poder, ellas absorben ciertas energías y se almacenan en nuestro habitad y es precisamente lo que tenemos que evaluar cuando estamos en casa. Los hábitos mentales los trasmutamos y se convierten en energías.

No maldecir, es la ley a partir de ahora

Por ejemplo, maldecir debería desaparecer de nuestro léxico, es una de las palabras que transforman la energía de nuestra casa en negatividad y resta contundentemente las vibraciones en tu atmósfera emocional.

Milagros Reyes, Coach del Ser y Consteladora Familiar nos cuenta en su cuenta de Instagram las palabras que debes desaparecer de tu léxico y transformarlas en energía positiva:

  • Que desgracia: Condensa oscuridad, quebranto y ausencia de la Divina Fuente.
  • ¡Mier&#!: Llama la podredumbre, la suciedad y la adversidad.
  • ¡Mal&#&# sea!: Lanza plagas y personificación de energías oscuras.
  • Que Idiota, que estúpido, que tonto eres: Es necesario evitarse, principalmente con niños e hijos. Observan y repiten los patrones que escuchan.
  • Miserable: Dibuja la falta, indigencia, pobreza y penuria.
  • Malo: En su base significa, condenado, sufrido y malvado.

Ten en cuenta que las palabras asumen la dirección, que la intención y las emociones las imprimen. Es momento de depurar y concientizar para que la luz pueda fluir en nuestra casa. Milagros Reyes.

Deja de maldecir y trasmuta esa mala energía. Foto: Imaginechina-Tuchong en Depositphoto

Deja de maldecir y trasmuta esa mala energía. Foto: Imaginechina-Tuchong en Depositphoto

Lo que debemos hacer 

La experta comparte en su publicación ciertos tips para combatir las consecuencias de estas palabras negativas, presta atención y toma nota para que no se te olvide:

  • Sé responsable de lo que expresas.
  • Piensa antes de hablar, para no ser esclavo de tus palabras.
  • Bendice siempre tu hogar.
  • Observa en todo momento de no emitir juicios y palabras que no deseas se materialicen en tu mundo.

Las palabras inarmónicas generan dificultades y sufrimiento, mientras que las expresiones de alegría y belleza atraen beneficios para todos, más en nuestro hogar. Milagros Reyes.



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