
Esa Paris Hilton da siempre mucho de qué hablar. Ahora se trata de su programa de cocina en Netflix, En la cocina con Paris Hilton, que ha despertado la curiosidad de muchas personas (entre ellas, yo).
Pero hoy no vamos a hablar del programa, no, en realidad es un pretexto para retomar ciertos looks que nos encantan. Básicamente cuatro elecciones de estilo de Paris en sus looks.
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Empezamos con los moños enormes, uno de ellos elegido para la imagen de campaña de su programa. Pero también la vemos en la primera escena del primer episodio del show: en vestido de noche buscando ingredientes en el súper (muy combinada con su glamuroso cubrebocas) y en una foto con una de sus invitadas al show: Lele Pons.
Ya les había platicado en una nota anterior (sobre vestidos inspirados en Asia) que Carolina Herrera estaba proponiendo grandes moños y se nota que Paris Hilton es fan.
Otra lección de estilo que nos da la rubia empresaria es que las lentejuelas se utilizan para todo lo que quieras -sin importar la hora- incluso para cocinar.
El tercer estilo muy Paris es el clásico, que contrasta con su personalidad más rebelde: el de la esposa perfecta de los 50s. Para este look, nada como los vestidos ceñidos a lunares.

Paris Hilton con su ex compañera de show Nicole Richie
La final lección de estilo de la también Dj es: usar colores audaces en vestidos audaces.

Vestido divino de Paris

Un clásico de hace muchísimos años. Pero el modelo y el color, ¿no les encanta también?
El lado desconocido de Paris Hilton
Más allá de los shows, redes sociales y tabloides amarillistas, Paris no es solo un personaje, aunque ella misma se pierde en él. Por eso hicieron un documental de su vida… real. Conocemos a una mujer sensible, vulnerable, que ha pasado por mucho y que sí, sabe perfectamente cómo barrer y trapear, ya que vivió en un internado en donde tenía que hacer este tipo de labores durante la adolescencia.
Paris es mucho más que una foto de paparazzi, más allá de que en el nuevo show también sigue en personaje de «rubia -medio- tonta», sin saber cómo lucen ciertos alimentos y llevando kilos de cajas de cereal y unicornios infantiles… pero es solo una fachada. Insisto, Paris no es ninguna boba y lo deja claro en el documental que te dejamos aquí. Tiene subtítulos en español, así que no hay pretexto.
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