Si tienes piel grasa y te gusta cuidarte, estás en el momento idóneo para añadir a tu lista el llevar una correcta rutina para la salud de tu rostro. ¿Quieres saber cómo?
Dicen que un hábito se crea en 21 días, así que tienes todo el mes de febrero para dar el primer paso a una piel sana, equilibrada y libre de imperfecciones.
Es importante tener en cuenta que para que una rutina sea exitosa, debe ser práctica y constante; por esa razón, queremos ayudarte con el paso a paso para lograr tu objetivo.
Foto de  Anna Shvets en Pexels

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¿Por dónde empiezo?

Identifica tu tipo de piel

Sí, aunque no lo creas cada tipo de piel requiere de un cuidado en específico y te sorprenderá saber que desde las pieles secas hasta las pieles grasas necesitan hidratación constante. Para saber si tienes piel grasa, te recomendamos hacer la prueba del papel de arroz.
Coloca un cuadrito de este papel en tu zona T (frente, nariz y mentón) y observa cuánta grasa se adhiere al papel.
Otra forma de descubrirlo es observando si el rostro nos brilla mucho o si cuando nos tocamos la frente nuestros dedos tienen residuos de grasa. Si hasta este punto te has empezado a preocupar por la constante aparición de imperfecciones, déjanos decirte que tener piel grasa tiene una ventaja, es la que tarda más en mostrar los signos de la edad, por lo que darle un mantenimiento adecuado, puede resultar benéfico con el paso del tiempo.
La piel produce grasa de forma natural para combatir la sequedad y hacer frente a los agentes externos, por lo que puede tener un aspecto húmedo y esto ocurre cuando existe una sobreproducción de sebo generando brotes.

Cuida tu alimentación y evita el consumo constante de lípidos

La alimentación tiene mucho que ver con la grasa que produce nuestra piel. El tener un consumo elevado de lípidos evita que la circulación y la oxigenación sanguínea sea correcta, así que si conjugamos el tema alimenticio con otros factores como los cambios hormonales, las bacterias y los agentes exteriores, aparecerán con mayor facilidad las impurezas.

Hidrátate

Tomar 8 vasos de agua al día es necesario para que nuestro organismo se mantenga hidratado. Recuerda que nuestro cuerpo está formado en un 80% de agua y nuestros procesos metabólicos la necesitan para desarrollarse correctamente. El clima, la contaminación y la inadecuada ingesta de agua hacen que tu piel luzca envejecida.

Utiliza productos cosméticos adecuados

Debes tomar en cuenta que cuenten con ingredientes naturales, que no obstruyan poros (no comedogénicos), que sean astringentes; es decir, que te de una sensación de frescura al utilizarlos, ya que esta sensación es parte de la limpieza profunda y que sean antibacterianos, los brotes surgen por el desarrollo de bacterias en los poros, especialmente en pieles grasas.

La regla de dos veces al día

Seguramente has notado que las asiáticas tienen una piel de envidia, esto se debe a que en su rutina tienen una doble limpieza; es decir, que se limpian el rostro al bañarse con shampoo especial y al salir lo vuelven a limpiar con la loción para retirar el resto de suciedad. También pueden hacerlo con un limpiador base aceite y luego uno base agua.

Además, el éxito de una rutina, está en que al menos dos veces por semana se haga una exfoliación suave para retirar las células muertas y la aplicación de una mascarilla para la hidratación profunda.

La paciencia apremia, nunca toques tus brotes

Sabemos que puede ser desesperante ver el nacimiento de un brote y querer eliminarlo instantáneamente a través de pellizcos que, en lugar de eliminarlo, promueve que se infecte o incluso que lastimes tu piel al grado de generar cicatrices.

No pierdas la paciencia y deja que siga su ciclo, con una buena rutina, la aparición de estas imperfecciones disminuirá.

Fuente:  ASH Natural Concept


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