Cuando empiezas a gestar un negocio en tu cabeza, seguramente traes el corazón lleno de entusiasmo y ganas… justo aquí es donde «Ponte las pilas» llega muy oportuno. Este es un manual práctico para las empresarias emergentes, para esa persona que quizá minimiza su empresa casera, su negocio «para amigas» o sus ideas para ganar dinero.
Ponte pilas: de FB al mundo
Este libro fue creado después de varios años de experiencia teniendo una comunidad enorme de mujeres: Lady Multitastk. Las hermanas Mercedes y Pilar crearon esta guía para llegar a todas aquellas emprendedoras que quieran pasar de solo «Ponte las pilas» a «hazlo realidad, créetela».
Tuve la oportunidad de platicar con ellas y esto es lo que me contaron.
Ponte las pilas con Mercedes Palomar y Pilar Palomar
«Lady multitask surgió hace 6 años, pero venimos de una familia de 5 hermanas así que traíamos comunidad integrada. Nuestros papás nos enseñaron a darnos apoyo entre nosotras para conseguir objetivos más rápidos, todas apoyábamos en todo, en cosas prácticas, por ejemplo, al ir a comprar ropa, dividíamos las tareas: tú ve por tal y yo voy por tal. Ya nos movíamos dentro de una organización.»
La familia es de San Luis Potosí, y ahí fue donde nació la semilla de un espacio para apoyarse.
«Vamos creciendo y escuchábamos del tema de emprender y veíamos los emprendimientos pequeñitos en donde los productos los compraban la gente a tu alrededor y queríamos que el primer círculo recomendara al segundo círculo. Entonces pensamos, ¿cómo hacer que el primer círculo lo haga? Se hizo una comunidad privada de amigas en SLP -en Facebook-, y solo entrabas -entras- por recomendación de otra amiga.
“Las amigas de mis amigas son mis amigas”, en donde se genera un gran nivel de confianza entre mujeres de diferentes generaciones, de distintos perfiles y ocupaciones.
La regla principal del grupo privado es que, ante todo, hay respeto entre las miembras. También, romper con los estereotipos de que las mujeres no podemos trabajar juntas y dejar claro que la mejor amiga de una mujer sí puede ser otra mujer.
Tenemos las mismas dolencias nos entendemos. Compartimos temas que construyen, no que destruyen.
Lady Multitask está en 12 países, 80 ciudades. Más de un millón de personas forman este espacio en donde las mujeres muestras y venden lo que hacen.
«Nuestros diferenciadores son: somos una comunidad híbrida, tenemos actividad online y offline; una propuesta de redes de apoyo y construcción, somos una comunidad multigeneracional, eso no los reconoció FB en su momento», me comentan.
Pero ha sido también una labor enorme de organización, ya que para tener control de comunidades tan diversas, deben de contar con cabezas en cada una de ellas: las city managers. Esa persona (o personas) son las que organizan los eventos locales, que saben qué necesidades hay en esa región en específico y hasta los días festivos. Todas están en constante comunicación y siguen los mismos estándares y procedimientos, hasta para control de crisis.
¿Cuáles son los retos que enfrentaron al crear esta comunidad?
El crecimiento exponencial, en unos pocos meses éramos 600 mil, entonces tuvimos que estudiar mucho, aprender constantemente de coaching para llevar el liderazgo. Tener a 80 colaboradoras directas es un reto, ya que no es lo mismo un lobo que lidera borregos que un lobo que lidera un lobo.
Por supuesto que han habido retos que han resuelto en conjunto, y lo más difícil es no engancharse en discusiones porque la persona con la que se está teniendo el problema, es probable que no sea una desconocida para la líder de esa ciudad. Ahí entra otra persona más «neutral», y se tiene que tratar el problema de tal forma, que no se queme el negocio. «Una de las reglas es esa: no exhibir a ninguna persona o negocio. Es decir, si a alguien le fue mal con una experiencia y quiero quemar el negocio, quizá no sea necesariamente un mal producto o servicio sino una mala experiencia, solo eso. Así que vamos a negociar y mediar primero en todos los lados para ver qué pasó. Muchas veces son problemas de comunicación.»
Fuimos aprendiendo a manejar crisis y a veces sí fuimos con expertos y bajamos un protocolo de expertos.
¿Cómo surgió la idea del libro?
Cuando empezamos a ver que muchas mujeres están emprendiendo desde lo chiquito porque lo están haciendo desde casa. A lo mejor no le dan ese peso a lo que ese “negocito” significa y pudiera ser. Es para “mis extras”, piensan.
Los grupos crecieron muy rápido, muchas se inspiraron en otras. Notamos que por ahí del 80% de los negocios empezaban desde la informalidad y a los 2 años caían y no prosperaban. Desde ahí pensamos en acercarles herramientas para cambiar todo eso y visualizarlo como un negocio formal. Cómo crear mentes de empresarias y justo comienza ahí: en la mente. Si tú lo tomas con seriedad, ese emprendimiento se va a comportar como un extra. Casi todas las mujeres en México trabajamos, imagina que tengas tu negocio y tú puedas dar empleo.
La emoción del negocio tiene que acompañarse de planes sólidos… nadie se pregunta ¿cómo hago un business plan?, y hay que perderle el miedo, no tenemos que ser expertas pero sí entender de dinero, cómo movernos y cómo crecer.
Se empieza con la emoción pero hay que tener las herramientas para crecer.
En «Ponte las pilas» también hablamos de redes sociales, las mujeres somos las reinas de las redes sociales en donde somos más alcanzables y tenemos más visibilidad si nos lo proponemos. Les enseñamos cómo crear contenido que sea capitalizable, cómo crear valor. Todo esto viene en el libro.
No lo hicimos con base en nuestra experiencia sino también de otras ladys.
Es un libro muy interactivo, porque es didáctico, cómo hacer las cosas, y ahí vas bajando todo, tiene espacios para que sea tu guía, básicamente es un libro-taller para aprender y llevar a la práctica lo aprendido para aplicarlo a tu negocio.
Otros retos que han visto que enfrentamos las mujeres:
La mayor batalla está en la cabeza porque la sociedad y la cultura nos lo han dicho: a ti te toca la familia, el dinero le toca al hombre. La mujer también trabaja, los límites los vamos pasando de generación. Entre nosotras también hay muchos tabúes.
El hablar de dinero es un tabú, si es mujer “es ambiciosa”, y tenemos este miedo al qué dirán. Una mujer tiene que recorrer un camino y no podemos llegar a preguntar directo, hablar y de manera abierta decir: cuánto quieres ganar. “Está muy ambiciosita, muy superficial», se nos juzga. Mientras no quitemos ese juicio no vamos a poder hacer negocio.
El sistema financiero lleva años siendo de los hombres. Las mujeres llevamos siglos alejadas de ese sistema. Queremos hacernos un lugarcito o un lugarsote en esos espacios, de lo poquito a lo grande. La mujer no está acostumbrada a hacer algo grande, porque además, el hombre ha respondido que tenía que irse a la oficina.
El talento no tiene género, y eso se tiene que explicar en casa. Se hace equipo si tienes pareja y familia. Y claro que hay mujeres que no tienen ese equipo y, aún así, salen adelante. Hay que empezar a tomar los lugares que nos corresponden con responsabilidad y compromiso desde nuestro valor, creyéndonosla.
Otro reto: no nos enseñan a ponerle valor a nuestro trabajo
Cuando les digo esto, me comentan: «hay que cobrar como si le hubieras invertido las horas reales (¡porque son horas reales!) y no tener miedo de cobrar porque pensamos que nadie nos la va a comprar. O porque nos la pasamos bien haciendo el trabajo que correspondía para crear lo que creamos.
«Hay que ponerle el valor, y, un consejo: entre mujeres no hay que regatearnos. Sé que estamos siempre buscamos la manera de obtener el mejor precio, y está bien comparar pero cuando empieza una de nuestras amigas a emprender, hay que quitarnos la frase “dame precio amigo”. Para una mujer emprender es correr muchos riesgos y tenemos que reconocérnoslo.
«Apoyar a una mujer no es pedir «precio amigo», si no puedo comprarlo, se vale, pero te voy a recomendar con alguien más porque a veces es válido no poder pagar, pero así no bajamos el valor del producto que tanto le ha costado a nuestra amiga.
«En el libro hay un poco de la guía de los costos, los costos fijos y los variables: tu tiempo, tu talento, etc., para dejar de pensar «no voy a poner los costos de la luz porque de todas formas ya la pago; no voy a poner la ida al centro porque tenía que ir por fruta».
A los hombres los contratan porque son los que tienen potencial pero a la mujer porque damos grandes resultados. Las mujeres no pedimos, nosotras pensamos: ya verán mi buen trabajo y me darán un buen aumento. El hombre ya pidió 10 veces su aumento mientras nosotras estamos esperando ser notadas y apreciadas sin decir nada. Tenemos que ser más activas y proactivas al tomar nuestros espacios y nuestros resultados. Aprender a hablar y a decir y a darnos nuestro valor.
«Fíjate, el prólogo nos lo hizo Bárbara Arredondo (productora, emprendedora y activista), decía que las mujeres trabajamos cuatro meses más que lo que trabaja un hombre para ganar lo mismo, al año.
«A través del emprendimiento se puede lograr mucho porque no dependemos de alguien más. Pero tenemos que entrarle a la parte legal, de negocios y finanzas, para quien no estudió todo esto, si no tiene estas bases o se asesora, necesita la parte de experto. No podemos ser expertas en todo y es una inversión, no un costo. Aquí el libro viene de gran ayuda.
«Tienen que ver lo mínimo que tienen que hacer desde registrar las marcas, para tener una estructura, para que puedas crecer y el emprendimiento vaya a amplificar tu negocio a otro nivel.»
Así terminamos nuestra plática y yo me voy inspirada, pensando que «Ponte las pilas» será mi regalo para todas mis amigas que son audaces y se atreven a ir por sus sueños y emprender.
¿Verdad que te sentiste inspirada?
Imagen de Freepik
SIGUE LEYENDO: RETOS DE PAREJA, PON ATENCIÓN
Síguenos en redes sociales como @KENArevista: