Acudir al podólogo puede evitar muchos males. Es básico hacerlo porque en los pies confluye una multitud de terminaciones nerviosas, y son los que sostienen el peso con sus 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 tendones. Ciertamente, pueden verse afectados por condiciones de salud que una pedicura normal, no cura.
Lo indicado, cuando desees tratar cualquier asunto relacionado con los pies, es acudir al podólogo. Él es el especialista que se ocupa de diagnosticar y tratar la salud de esta zona a través de terapia física, confección de plantillas, diagnóstico de afecciones y malformaciones, o asesoría sobre el calzado.
Más que una pedicura
Con frecuencia, la gente suele estar más enfocada en la belleza de los pies y no en su salud. Es por ello que acuden a pedicuristas, que sin ética se hacen pasar por podólogos, desencajan uñas encarnadas, eliminan callosidades y hasta verrugas, lo que puede traer consecuencias a futuro.
Debes tener en cuenta que un pedicurista solo se debe limitar a tratar la estética, a través de una limpieza superficial y con la aplicación de esmaltes. Todo lo demás, es parte de aspectos correspondientes a un especialista, que previene, diagnostica y cuida la salud de los pies, por ello es clave acudir al podólogo.
Razones para acudir al podólogo
Las principales afecciones que indican que debes acudir al podólogo son:
1. Uñas encarnadas (onicocriptosis). En general, obedecen a un corte incorrecto, ya sea por parte del paciente, o por intervención desafortunada de un profesional inexperto. Si no es atendida a tiempo, puede suponer una infección severa con pérdida de la uña parcial o total. En estos casos, el especialista extrae la uña y, además, aplica calmantes o cicatrizantes.
2. Hongos (onicomicosis). Son provocados por levaduras denominadas dermatófitos, altamente contagiosas. Estos hongos se contagian en el medioambiente, especialmente en zonas cálidas y húmedas, que son medios propicios para su crecimiento (cuartos de baño, duchas, vestuarios y piscinas públicas).
3. Verrugas plantares. Estas lesiones cutáneas benignas frecuentemente aparecen en las plantas de los pies, y se relacionan al Virus del Papiloma Humano (VPH). En la mayoría de los casos, se curan espontáneamente, pero a nivel de contagio y los dolores que provocan, algunas veces pueden justificar el acudir al podólogo.
Y hay mas…
4. Callosidades (helomas). Es una masa seca y dura, amarillenta o blanco amarillenta; en el centro puede aparecer un núcleo duro, también llamado «callo», de coloración más pálida, que se produce por la presión. La piel se engrosa por acumulación de células muertas, descamadas, impactadas, distorsionadas en zonas de roce y fricción. Lo más adecuado en estos casos, es utilizar soluciones podológicas u ortesis de silicona, consideradas como las más adecuadas, porque protegen y alinean el dedo respecto a los demás.
5. Juanetes. El uso de calzados con punta estrecha y tacón alto puede crear una afección que llega a provocar dolor. En la medida en que la protuberancia empeora, crece un hueso extra y un saco lleno de líquido en la base del dedo gordo. Es importante utilizar un calzado cómodo y, de ser necesario, acudir al podólogo. En algunos casos, puede ser necesaria la intervención quirúrgica.
5. Hongos. También se le conoce como pie de atleta, es una infección fúngica, que causa escozor, irritación y descamación, si no se trata a tiempo. El especialista indicará el antimicótico, dependiendo del tipo de hongo.
Para terminar, ten en cuenta que es importante elegir al podólogo adecuado. Analiza el lugar en el que trabaja, sus credenciales y las revisiones de pacientes.
https://kena.com/unas-de-los-pies-su-color-dita-tu-salud/
Foto principal: Racool_studio en Freepik
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