Las hermanas Sundar (Vale, Fer y Ceci) parecen triatas. En particular dos de ellas son muy similares, pero las tres son alegres, con mucha energía y apasionadas en el tema. Se notan buenas personas y se me «cuecen las habas» por sentarme a platicar con ellas.
Nos vemos para la presentación de la línea de bolsas que realizaron en colaboración con Shuviluna, una marca de diseños en accesorios en piel de alta calidad.
Esta cross body tiene la esencia de ambas marcas: los detalles en piel de Shuviluna y el material y acabados de Sundar.
«Es la primera colaboración de ambas marcas con el tema #Lomejordenosotras, que busca reconocer el talento de diseñadoras afines, sumando la creatividad y la inspiración de mujeres creativas para desarrollar un accesorio que resalte el estilo personal.»
Desde hace más de 14 años las dos han realizado, de manera paralela, accesorios para la mujer contemporánea que se adapten a su estilo de vida y que luzcan tan bien en la mañana como en el evento nocturno.
Shuviluna es una marca que encuentras en LaBrea Showroom, en la colonia Roma. Los modelos de Sundar se encuentran en distintas tiendas de México, ya que ellas venden al mayoreo… o bueno, vendían únicamente así. Ahora ya puedes comprarlas en su página web, ¡desde una pieza!
Esta edición especial es limitada y ya está a la venta en cuatro otoñales colores.
Pero, además de platicarles esta novedad, hoy quiero resaltar el recorrido de las creadoras mexicanas de Sundar.
Del sótano de su casa al mundo entero
No ha sido un camino fácil, ¡qué va!
La palabra Sundar proviene del sánscrito y significa “mujer hermosa”. Cecilia Gómez me cuenta: «empezamos en el 2005. Teníamos la intención de hacer algún producto que nos generara ingresos. Empezamos en el sótano de mi casa porque a mí me gustaba la costura. Era mamá de tres bebecitos y les hacía un montón de cosas. Surgió la idea de hacer algo que nos generara y Valeria se compraba bolsas muy bonitas así que de ahí tomábamos lo mejor de cada diseño. Pero la verdad a mí no me salían tan bien, así que buscamos a alguien que hiciera una maquila más profesional.»
«Esto fue evolucionando muchísimo con el tiempo. Nos íbamos enriqueciendo con las opiniones de nuestros amigos. Al principio no había venta… ¡siete años sin cobrar un peso! Metiendo dinero sin que entrara. No había un capital, de lo que llegara a sus manos, ¡a invertir!»
De hecho, para comprar una máquina de cocer, Ceci fue a vender sus joyitas. «Cuando tomé el anillo de mi abuela pensé: ella estaría feliz de ser parte de este sueño.»
Fue un proceso de ensayo y error.
«No sabíamos en qué nos metíamos, -comenta una de las tres hermanas- pero siempre tuvimos confianza y ganas de que nos fuera bien. Nos compraba la vecina, la tía. Nos poníamos donde pudiéramos. La primera venta importante fue en una venta en mi departamento y vendimos 40 bolsas a nuestras amigas, ¡todo un logro»
Pero pronto un evento cambió la manera en que harían el negocio y asimismo, lo verían.
«Nos pusimos en una expo, en Salpro (exposición comercial para mayoristas del regalo, muebles, joyas, accesorios, etc.), de ahí salió la idea de mayoreos y cuando nos dimos cuenta, teníamos distribuidoras en todo el país. No estaba planeado así, pero nos pareció una excelente idea porque es un negocio que no nada más da para nosotros y nuestros empleados, muchas mujeres de todo el país viven de él y este es un motor importantísimo para el negocio actualmente. Cuando empezamos en la expo el regalo explicábamos las bondades del producto mil veces. Pero lo que sucedió ahí fue muy interesante: la gente regresaba por más. En ese momento el mayoreo eran 10 bolsas. Una chica, compró y a los dos días volvió porque ya se le habían acabado.»
Así se ha convertido en un red muy importante. Empezaron con la bolsa básica (la verde que se ve en la foto) pero empezaron a crecer y a ver otras necesidades.
«Sí, tenemos un mercado pero ellas quieren otras bolsas, entonces entre todas nos juntamos a hacer lluvia de ideas.»
Como imaginarán, les ha pasado de todo. Al principio importaban cosas para la manufactura y en alguna ocasión tuvieron que tirar todo un pedido de China. «Ahora tenemos el 99% de los materiales nacionales, tanto los ojillos como las telas y demás».
Fer: Entre 2015 y 2016 fue un tiempo muy importante. El negocio «explota» en el interior de la República y se vuelve una locura total y todo fue de boca en boca. Pero lo hacíamos a mano, desde la toma de pedidos hasta la puesta de ojillos. Claro que teníamos errores y éramos cero productivas. Así que fuimos depurando procesos hasta que conocimos a alguien que tenía una tienda en línea y decidimos hacerlo así.
Vale: De hecho, toda nuestra venta es en línea ahora, no hay un punto de venta. Pero empezamos aprendiendo todas juntas, algunas de nuestras compradoras se iban a un café internet de la esquina y nosotras le ayudábamos a todo. Fue un proceso de crecer con ellas en este boom de compras en internet. Hubo gente que se quedó porque no pudo adaptarse pero llegó gente nueva.
«Manejamos dos rangos de precio: gran mayoristas (inversión de $66 mil pesos) y las mayoristas (inversión de $28 mil pesos). Tenemos dos meses con venta a menudeo, no nos habíamos especializado a consumidor final, que es lo que se exige ahora en el mundo digital. Mucha gente quiere meterse a internet a comprar de inmediato.»
Historias de mujeres
Nos importa que más mexicanas se beneficien de Sundar. Es muy satisfactorio darnos cuenta del poder que tenemos cuando estamos juntas muchas mujeres.
«Tuvimos varios tipo foro con la comunidad en las ciudades. Organizamos uno en Monterrey y llegó alguien que nos dijo que tenía 10 minutos en el estacionamiento llorando porque nos iba a conocer. Nos dijo: No saben lo que Sundar ha representado para mí vida familiar.»
Han apoyado a familias. Saber que la vida de la gente ha cambiado gracias a este proyecto es invaluable para ellas y de alguna forma, un motor muy importante. «No podemos dejar esto por todos ellos.»
«Hemos sentido las ganas de tirar la toalla en varias ocasiones, porque todo era puro gasto. Ahora ya tenemos varios tipos de productos que sabemos que la gente quiere: mochilas, pañaleras, loncheras…»
¿Qué tiene de especial Sundar?
«El producto es una maravilla, tenemos 30 colores, no pesa (lo cual es importantísimo para la mujeres), las asas son intercambiables, se lavan. Son «medio sport» pero a la vez te puedes ver bien arreglada. No es barata pero tampoco es la que te vas a poner a llorar si la pones en el suelo. Es una bolsa de batalla y con la cotidianidad actual de las mujeres, es perfecta porque se adecua a muchos estilos de vida. Está pensada en una mujer real: con los bolsos interiores y el clip para las llaves. Buscamos diseñar productos que resuelvan y te acompañen en tu día a tía y es súper cómoda. Hasta las carteras tiene un ganchito/seguro que se asegura a la bolsa y no te la pueden sacar tan fácilmente.»
Sabía que platicar con ellas me iba a poner de buen humor. Ahora, cada vez que use mi Sundar (que, ¡ah, cómo ha visto batallas!) pensaré en esa cadena de mujeres trabajando y saliendo adelante, ¿y tú?
Ve a ver el catálogo a:
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