Cuando una relación empieza con gritos, insultos, competitividad y golpes, es momento de huir para siempre. Señales evidentes que estas aceptando toxicidad en tu vida.
Aunque creas que salir de este tipo de relaciones es caso perdido, la verdad es que no lo es. Sí puedes hacerlo, todo es cuestión de valentía, fortaleza y mucha autoestima.