
Algo delicioso y versátil que te acompañará en un buen desayuno o para una merienda es el yogurt y hecho en casa es otro nivel, además de ser económico es rico y tú puedes controlar el tiempo de fermentación, por lo que decides la textura y el nivel de acidez del mismo. Lo mejor de todo es lo sencillo de hacerlo y tan solo necesitarás yogurt del super, leche líquida entera y leche en polvo.
¿Qué necesitas?
- 2.5 litros de leche
- 1 taza grande de leche en polvo
- Yogurt del súper
- Envase con tapa para colocar el yogurt
- Paño para tapar
- Colador (opcional)
- Paño para colar (opcional)
Preparación
Toma los 2.5 litros de leche (mientras mayor sea la calidad de la leche, mejor será el yogur casero) y llévalos a fuego medio bajo sin llegar a los 90 grados. Si no cuentas con un termómetro, retira del fuego cuando aparezcan las primeras burbujas y deja enfriar hasta los 45 grados o hasta que esté a un frío soportable para proseguir con la receta. Puedes colocarlo en baño María con agua fría y hielo mientras remueves para apresurar este paso.

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Una vez llegue hasta la temperatura deseada, sácalo del baño María, agrega la taza de leche en polvo y remueve. Toma un poco de leche en una taza y diluye el yogurt en ella antes de agregarlo a la mezcla. Mezcla todo muy bien, tápalo rápidamente y coloca el paño encima para mantener la temperatura. Lleva el yogurt al horno apagado unas 8-12 horas (mientras más lo dejes, más cremoso y ácido se volverá) y pasados ese tiempo, destápalo.
La leche en polvo hará que el yogurt quede con más cuerpo y consistencia, sin tanto suero. Si después de todo queda con mucho suero puedes colarlo con el colador y el paño hasta quedar lo más espeso que desees.

Lena Mytchyk on unsplash
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