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Empresaria, mamá de 3 adolescentes, maestra de yoga y meditación, fundadora de Dominion Corporate Housing y Mahat Ayurveda & Yoga, Alejandra Quintero Oria nos da 3 tips para sobrellevar la crisis de la edad con gracia, alegría y serenidad. 

Desde luego que hubo una época en la que la vida para Alejandra era completar una lista de lo que significaba ser “una mujer exitosa, feliz y en balance perfecto”. 

Sin embargo, una vez que «tachó todas las casillas”, se dio cuenta que no estaba ni tan feliz ni tan satisfecha ni tan plena. Decidió divorciarse, sí, pero también echarse un clavado profundo en su interior, y ahí fue cuando la magia sucedió. 

Además de fundar su propia escuela y tienda de yoga y meditación, en enero lanzará la plataforma Mahat Ayurveda, en la que ofrecerá más de 100 clases de yoga de varios estilos y niveles, clases de nutrición y respiración (Pranayama), meditaciones, pláticas (Dharma Talks) y mucho más por $270 pesos al mes. 

“Estoy muy feliz por el lanzamiento de esta plataforma”, dice la administradora de empresas por la Ibero, “me siento conmovida por el apoyo de un grupo maravilloso de amigos y maestros, todos comprometidos a contribuir al bienestar de las personas”. 

“NO SOY LO QUE ESPERABA”

Pero entremos de lleno al tema que nos atañe: ¡¡¡la crisis de la edad!!! Ese número que llega con un cumpleaños que nos pone a temblar porque nos damos cuenta, con gran tristeza y hasta coraje, que no hemos logrado lo que pensábamos que habríamos alcanzado para este entonces. 

“Sigo viviendo en casa de mis papás”, “no me he casado”, “no he tenido hijos”, “sólo he tenido un hijo”, “no gano lo suficiente”, “no tengo el puesto que me merezco”, “no he viajado lo que hubiera deseado”… ¿Te suena? Yo creo que sí. A la mayoría nos resuenan estos reclamos, esos sueños no cumplidos, esos anhelos truncados.  

“No controlamos la mayoría de los eventos que pasan en nuestra vida, lo que sí controlamos es cómo reaccionamos ante ellos. Lo importante es saber que una reacción positiva, proactiva y sana se cultiva a través de una práctica de introspección. Mi favorita, desde luego, es el yoga y la meditación”. 

3 TIPS PARA SOBRELLEVAR LA CRISIS 

1) No te creas la lista de expectativas que hiciste en algún momento de tu vida. “Esa NO es la lista de la felicidad”, insiste Alejandra. “Se vale querer la lista, lo que no se vale es sentirnos insatisfechas porque no la tachamos toda. Tenemos que aprender a aceptar lo que la vida nos ofrece, aprender a vivir fluyendo más y resistiendo menos”. 

“El ego juega un papel importante aquí porque, como todo el tiempo nos estamos comparando, creemos que los demás la tienen súper fácil y nosotros no. ¡Eso es una fantasía! Todo el mundo tiene que enfrentar obstáculos y sufrimiento para evolucionar, el sufrimiento es un portal a la evolución humana. Y en la medida en la que yo me permito conectar con ese sufrimiento, sin evitarlo, es que voy a entrar más profundo a descubrir quién soy y hacia dónde voy, porque solamente en el silencio se escucha esa voz interior, que es el lenguaje del alma. 

“Si en lugar de estarle huyendo al sufrimiento –o ponernos la bandera de la víctima, que también nos encanta– nos damos la oportunidad de conectar con nosotros, nos daremos cuenta qué es lo que necesitamos para estar bien, y veremos que no está afuera y que es más fácil de lo que creemos. Porque cuando conectamos con el momento presente y toda la dicha que nos produce ese preciso momento, quitamos mucha paja, muchas cosas que nos acabamos dando cuenta que no son importantes”. 

2) Crea espacios de paz y silencio en donde puedas reconectarte contigo para confiar en tu intuición y sabiduría interna. “El mito de la meditación es que hay que dejar la mente en blanco, cuando eso es prácticamente imposible”, enfatiza Ale. “Lo que sí podemos hacer es crear una pausa donde puedo separarme del pensamiento y ejercer esa capacidad de verlo como un espectador que no está juzgando, sino simplemente observando.

“Meditar es desarrollar la capacidad de dejar pasar los pensamientos porque me doy cuenta que son eso: pensamientos. Si bien son reales, no son la verdad absoluta, y si no aprendo a cuestionarlos, corro el peligro de creerme todo lo que me digan, de manera que cada vez que piense algo nefasto, ¡me la voy a creer!, hasta pensar que mi vida es una fatalidad. ¿Y cómo me voy a sentir? ¡Del nabo! Entonces no es por ahí, se trata más bien de cuestionar. 

“Con esto tampoco quiero decir que no podemos pensar, hay pensamientos sanos que son como un mapa. La clave es desarrollar esa capacidad de discernir, que la tenemos todos, solamente hay que cultivarla”. 

3) Sé congruente. “Si queremos estar bien, ser felices y vivir en equilibrio, tenemos que alejarnos de todas las situaciones que son nocivas y tóxicas en nuestra vida. Esto incluye ser conscientes de qué comemos, lo importante que es movernos y hacer ejercicio, saber que no nos va a hacer bien alcoholizarnos todos los fines de semana… 

“Pero todo está conectado: en el momento en el que me doy cuenta que este cuerpo, que es mi templo, va a ser el mismo de cuando tenga 90 años, entonces me voy a preguntar ‘Ese dulce que se me antoja, ¿me va a hacer bien?’, y no se trata de ser radicales, pero hay que ser conscientes y congruentes con lo que queremos alcanzar y eso incluye la salud no sólo del cuerpo, sino de las emociones y los pensamientos; hacer conciencia cuando una relación no me hace bien y poder soltarla, tratar de no convivir con gente que no me suma, volvernos más celosos de qué vemos, qué hablamos, qué leemos, de quién nos rodeamos”. 

En la medida en la que yo me nutra más como persona, voy a dejar brillar hacia fuera esa parte más linda de mí, la mejor versión de mí. Si todo el día estoy macheteando pensamientos negativos, quizá para la hora de la comida no sea yo la mejor compañía. 

Un mensaje final de parte de Alejandra para todas nuestras lectoras: este 2022, ¡¡¡aviéntate a hacer cosas nuevas!!! 

“Estas frases de ‘el yoga no es para mí’ y ‘la meditación no es para mí’ son muy mentales. Hay que tener la apertura de probar cosas nuevas, y si no te funciona, OK, pero al menos te diste –y les diste– la oportunidad. Entonces, así como somos de aventureras para las cosas que nos hacen daño, hay que aventurarnos a alimentar el espíritu. Ser un poco más arriesgadas… En una de esas nos llevamos una buena sorpresa”. 


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