and just like that

Poner sobre la mesa la edad (sobre todo la de las mujeres) no es algo que se reciba con bombo y platillo, es una circunstancia que ofrece la oportunidad a la resistencia y a la crítica. Tenemos unas cuantas semanas mirando «And Just Like That…» el reboot de una de las series más exitosas, la famosa «Sex and the City», que no solo fue icónica en su contexto, pero cuyos personajes en sus originales 30s nos inspiraron a varias.

En «And just like that…» («Y así nomás…»), mi adorada Carrie Bradshaw, Miranda Hobbes y Charlottte York se muestran de nuevo en Nueva York, retomando lo vivido en su juventud, con una amistad más madura y fortalecida, ahora en sus 50s y sin la presencia de la polémica Samantha Jones (la cual se extraña).

Estas tres mujeres distintas y amigas fieles se vuelven a reunir para contarnos quiénes son ahora con 50 y más años de edad, en una versión igual de apasionada por la moda y por la vida en libertad, confirmando contra todo pronóstico que nos hagan creer los medios que: la vida si sigue después de los 50 años.

Sin spoilers dramáticos podemos ver a las 3 protagonistas darnos un resumen de sus vidas: lo que las ha llevado a donde están y a las que son ahora: y sí, ¡Dios lo permitió!, hay canas, arrugas y manchas en la piel, dolencias físicas y emocionales, a pesar de no tener 20 o 30 años; hay tallas diferentes, estados civiles inesperados, looks atrevidos, proyectos, estilos de vida, nuevas preferencias sexuales y hasta bótox y fillers.

La serie en lo general y Sarah Jessica Parker en lo personal, han sido criticadas al extremo por mostrar a las protagonistas en una edad que ofende con la apariencia a quienes en la vida real tienen esa edad. Las críticas van desde la sugerencia de pintarse el pelo, hasta borrarse las arrugas de la cara o de no usar ciertos atuendos no propios «para mujeres mayores», a lo que la actriz incluso llegó a declarar: «parece que es ofensivo que yo envejezca»; y sobre estos puntos y algunos más, les comparto mi nunca humilde opinión:

  • En su versión original, «Sex and the City» rompió la conducta esperada de las mujeres en sus 30s. Incomodaba que fueran sexualmente libres, económicamente independientes, en búsqueda o no (prueba y error) de una pareja o de alguien para estar y pasar el tiempo sin que existiera la versión para todas de «y fueron felices para siempre»; que apostaran por sus vidas profesionales y que incluso se abriera el diálogo sobre NO querer tener hijos y «así como así» se volvió parte de nuestras vidas.
  • Cuando Carrie, Samantha, Charlotte y Miranda compartían sus vidas, amores, modas y gustos en Nueva York, se movían libremente en taxi, salían a cuanto lugar y evento social del jet set les apetecía y unas eran compañeras de las otras sin que el «hombre, los hijos o la familia» en sus vidas, fueran condición de felicidad.
  • Nos volamos en su momento con sus atuendos en las 4 estaciones del año, cada una en su personalidad: seductora, dramática, conservadora y romántica. Amábamos sus vestidos, zapatos, sombreros y bolsas, y algunas de nosotras nos familiarizamos con marcas y tendencias que a lo mejor aún no estaban disponibles a nuestra edad, cultura o poder adquisitivo.
  • Reímos y lloramos con las cuatro y unas cuantas quisimos escribir columnas y blogs al puro estilo e inspiración de Carrie… y todavía lo hacemos.
  • Mr. Big y otros personajes eran parte de nuestra vida, temas de café con amigas y amigos y motivo suficiente para «juntarnos a ver» una temporada, un capítulo o hasta la serie completa con alguien más… Hasta que un día, finalmente, la boda de Carrie y Mr. Big y unos divinos zapatos azules Manolo Blahnik nos dijeron «hasta aquí llegamos», es tiempo de sentar cabeza y crecer… «And just like that…» se acabó Sex and the City.
  • Y también, «así como así» regresó «And just like that…» para mostrarnos los que el tiempo se llevó y para confirmar que la vida continua a pesar de tener el pelo blanco o las líneas de expresión marcadas en el rostro, o amistades y matrimonios perdidos; nos recordó que la vida sigue a pesar de tener el corazón roto; que siempre nos podemos adaptar a los cambios de la vida y que con el paso de los años tenemos más capacidad para hacerlo y mejores herramientas para tomar decisiones.
  • «And just like that…» nos reventó en la cara el mensaje de que la vida NO se acaba a los 30 o a los 40 o a los 50. Que tu alma o tu espíritu a lo mejor te rigen como ser humano, pero que tus decisiones y preferencias son un trabajo en proceso con el paso del tiempo. Que puedes empezar de nuevo o estar en plenitud en muchos momentos de la vida porque nada está escrito en piedra y no hay garantías para ser feliz, o saludable o para tener un empleo, una pareja o una carrera terminada…
  • Nos ha venido a recordar que hay personas que siempre van a estar ahí para nosotras: las amigas. Que las mujeres somos esos seres que compartimos las dolencias y los logros; y que podemos no estar de acuerdo en todo pero que el amor y el respeto mutuo puede sortear cualquier dificultad importante de la vida.
  • También es real que a los 50 tal vez NO queremos plancharnos la cara para «parecer» más jóvenes, que quizá es totalmente aceptable mostrar las canas y quejarnos de lo que nuestro ha cambiado e igual amarlo y mostrarlo con orgullo en el atuendo que mas nos venga en gana. Que hay vida después del duelo y que las amistades pueden ser genuinas y duraderas. Que no hay edad para actualizarte, igual si por décadas leías el periódico, hoy puedes ser la creadora de un podcast…
  • Es más real que muchas otras temáticas que vemos: es más real que tener un cuerpo de 20 a los 50 y tantos… y es real preocuparse de la salud, los siguientes pasos profesionales y la estabilidad económica que seguir despilfarrando en zapatos por siempre… porque todo cambia y el tiempo pasa y seguirá pasando para todos nosotros mientras tengamos vida.
  • Dicen que nunca segundas versiones serán buenas…, yo creo que hay de todo y es refrescante ver mujeres un poco más reales, en situaciones que nos pueden suceder a todos y suspirar por el pasado que vivimos al máximo pero igual entregarnos al presente sin resistencia.
  • El estilismo de los atuendos se conserva y se proyecta de manera increíble sin atender a estereotipos y mostrando combinaciones de piezas y texturas inesperadas y vintage que hoy están más a nuestro alcance y que nos recuerda que la moda es lo que nosotras queramos que sea en las prendas de vestir o en el corte y color del pelo.
  • Carrie Bradshaw me arrebató con su moda en mis 20 altos y ahora en mis 40 altos… quiero sus sombreros, me gustan sus zapatos, sus combinaciones, pero sobre todo su seguridad, su certeza de ser quién es, su sinceridad para aceptar lo que le duele y determinar hacia dónde va y el permiso para sentirse perdida de vez en vez. Eso, todas esas formas de reaccionar ante las tribulaciones del día a día, sabiendo que nos tenemos a nosotras mismas y que de verdad; es de adentro de donde viene el verdadero amor y casi todas las respuestas que necesitamos en la vida… eso solo te lo da la edad «así como así».

Para cerrar espero que la vean y me compartan su opinión; que ojalá la disfruten y la puedan ver con otros ojos, con esos que recuerdan nuestra propia historia y que sea una gozadera poder recordar lo que el tiempo se llevó de Sex and the City y que, «And just like that..», la vida sigue…

Karla Lara


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