¿Practicas yoga? Si la respuesta es sí, tú muy bien. Si la respuesta es no, reconsidera. Es una disciplina que proporciona muchísimos beneficios tanto a nivel físico como mental.

Por: Bianca Pescador

Si la persona tiene cáncer, puede practicar un tipo de yoga muy suave, que llamamos restaurativo o terapéutico. Si tú no tienes pero alguien muy cercano a ti sí, te puede ayudar a hacerte consciente de que ‘todo pasa’ y que al final todo es perfecto; también contribuye a que veas la experiencia desde el lado más positivo a fin de aprovechar el tiempo no enfocando la atención en el problema, sino en la oportunidad que se tiene de luchar y salir adelante”, dice Ricardo Madrigal, instructor y director de Madrigal Yoga.

Otras razones para considerar pararte sobre el tapete:

1) Al hacerte consciente de tu cuerpo logras una mejor relación contigo misma a nivel mental y físico. Traducción: le pierdes el miedo a tocarte, a autoexplorarte.

2) Meditar ­–aunque sea cinco minutos al día– te ayudará a equilibrar tu vida y a encontrar un espacio de paz en medio del frenesí en el que vivimos.

3) Aprender a controlar el pensamiento y calmar la mente nos hará más sensibles y conscientes de dónde está nuestra atención: en el problema o en la solución.

Como dice Ricardo: “El yoga sirve si lo pruebas, funciona practicándolo, experimentándolo”. ¡Date la oportunidad!


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