Si tu niño tiene ataques de rabietas y no puedes controlarlo, descubre la clave para atacar estas conductas y cortarlas de raíz.

Según Oviedo Asturias, especialista en psicología infantil, a los dos años es posible que tu hijo tenga ciertos arranques de rabietas.

Se determina que mediante estas actitudes los niños buscan conseguir su fin, haciendo doblegar a los padres de las decisiones que tomen “en contra” de ellos.

Es increíble cómo un niño con dos años pueda tener estos impulsos premeditados. ¿Qué piensan en ese preciso momento?, ellos sólo piensan en su rabia y en lo que quieren conseguir con sus iras descontroladas.

¿Cómo atacar de raíz los berrinches de tus hijos?

¿Cómo atacar de raíz los berrinches de tus hijos?

¿Cómo deben actuar los padres ante los berrinches de sus hijos?

1.      Mantenerse firmes: según Asturias, es la estrategia que nunca falla para empezar.

Déjale claro desde ese preciso momento que no conseguirá su objetivo y hazle saber mediante tu decisiones, lo determinada y segura que estás.

“Pero no sólo la madre debe intervenir en este proceso. Tu pareja debe tener el máximo control de la situación” – señala Asturias.

Esto hará entender al niño que en la próxima ocasión, no le será tan fácil obtener todo lo que quiere a través de estos ataques de rabietas.

2.      Dale siempre una correcta explicación de las cosas: lo más seguro es que el niño esté tirado en el piso, con su berrinche, tratando de captar la atención de papá y mamá.

 En este momento intenta explicarle al niño por qué tomaste esa decisión que tanto lo enfada.

Por ejemplo, si el niño quiere un caramelo antes de la comida, explícale por qué no: “no te vas a comer el caramelo porque dentro de poco te toca la comida”. Ya el niño inmerso en su llanto y enfado, tiene una explicación del porqué de tu decisión.

3.      No responderle molesta: esta acción de respuesta es un motivo para que tu hijo empiece o siga con su berrinche.

Recuerda que los niños imitan siempre el prototipo de padre y madre. No des entonces ese ejemplo.

Asturias recomienda que después de su explicación, no permanezcas molesta con él por mucho tiempo, recuerda que la mente de un niño no es como la del adulto. Sé tolerante, aprieta la soga pero no lo asfixies.

4.      No le sigas la corriente: «el peor error de esto es seguirle la corriente, y darle cuerda a este problema que alimenta su mal genio,» dijo Asturias. 

Evita enfrentarte a él y hazle saber que todo lo tienes bajo control y que todo lo que haces es por su bien. No le des motivos para que él siga enfadado pero no pierdas la autoridad nunca.

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