Cuando el síndrome del Burnout ataca

¿Sientes dolores de cabezas durante tus horas de trabajo? ¿Te sientes fatigada, con somnolencia, sin ánimo y tu rendimiento no es el mismo? Pues nada de esto es normal: tu cabeza ya está quemada y el síndrome de burnout está atacando tu vida.

Este síndrome aparece cuando el estrés, el agotamiento físico, mental y emocional se hacen constantes y diarios.

¡Cómo duele!

Este síndrome es llamado también: el síndrome de desgaste profesional, síndrome del trabajador desgastado, síndrome de quemarse por trabajo o síndrome de cabeza quemada. ¡Sí! Es muy doloroso porque cuando aparece lo hace de forma progresiva. Sus síntomas comienzan con cefaleas, molestias estomacales, problemas relacionales, ansiedad, disminución del rendimiento laboral y negación de los síntomas anteriores.

Sin embargo, el principal detonante es el fuerte sentimiento de impotencia, que inicia cuando despiertas y ya te sientes agotada. A esta sensación se une el sentimiento de que el trabajo no tiene fin y, a pesar de que se hace todo para cumplir con las actividades, adivina… ¡el trabajo nunca termina! Esto es totalmente negativo, porque provoca que la persona se vuelva anhedónica. ¿Sabes de qué se trata todo esto? De que se inicia un proceso de pérdida de la alegría y la capacidad de disfrutar. Así te estés divirtiendo, te sentirás siempre estresada. El trabajo ya no parecerá motivante como al principio.

Según una investigación de las universidades canadienses de Concordia y Montreal, “también se debe evaluar la situación que tienen los afectados en casa», algo que muchas veces se suele pasar por alto. Asimismo, las revistas Social Psychiatry y Psychiatric Epidemiology destacan múltiples factores como: un jefe tóxico, compañeros que te hacen bullying y horarios excesivos y exagerados de trabajo. Sin embargo, hay que tener claro que las circunstancias que generan este síndrome están relacionadas directamente con actividades laborales excesivas.

¿Qué hacer?

Visitar al médico es importante para que supervise las cefaleas constantes; dormir mínimo 8 horas diarias. Aumenta la ingesta de frutas y frutos secos. El chocolate se convertirá en tu mejor aliado, porque te regresará la alegría y mejorará tu ánimo.

Por otra parte, todos los expertos coinciden en que hacer pequeñas pausas a lo largo de la jornada laboral y dedicar tiempo al ocio te ayudarán a recargar las pilas.

Recuerda siempre realizar una buena actividad física y mantener un balance entre tu vida y el trabajo.


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