deja de culparte

Te encuentras inmersa en la “cultura de productividad”, aquella en donde si cada segundo de tu vida no se utiliza para algo realmente significativo, esta no vale para nada. ¡Deja de culparte! Crees que cada día debe acercarte un poco más a tus sueños, a la vida que deseas, pero casi nunca es de este modo y el camino jamás es tan recto como te gustaría.

El sentimiento de culpa terminará por consumirte hasta que sea lo único que quede, no lo permitas. Puede que tu ansiedad sea causada por una lista de tareas que parece no tener fin y quizá ese sea el problema: Pensar que nunca estarás llena o completamente satisfecha hasta acabar con ella.

deja de culparte

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Las expectativas

De seguro sientes que todo tu esfuerzo no es suficiente y debes ponerle más empeño, dedicar más horas cuando sólo necesitas replantear tus metas. Estas deben estar en consonancia con el tiempo que dispones y ser lo más concisas y realistas posibles. No digo que debas pensar dentro de la caja, pero a veces tener grandes expectativas puede frenarte.

Enfócate en fijar metas que puedas realmente cumplir con tus capacidades actuales e ir aumentando periódicamente. Asumir retos es tan importante como cuidar de tu salud mental.

To-Do list

Con respecto a tu lista de tareas mantenla simple, anota 3 tareas diarias, un reto del día y un objetivo semanal. Esta puede ser una buena manera de comenzar. Ten como primordial algo que no debe pasar de ese día y otras dos tareas secundarias, asimismo la más difícil o la que requiera más tiempo debe ser con la que empieces.

Respeta tus tiempos

Enfoca tu horario de trabajo sólo para ello, puedes intentar el método Pomodoro para realizar tus actividades. Mantén lejos aparatos distractores como el celular y consigue un lugar calmado dónde trabajar. Respeta tu tiempo libre, ya sea 5 minutos o una hora, deja de culparte y de pensar en las tareas y mejor concéntrate en relajar tu mente para mantenerla libre y descansada.

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No te compares

Algo que puede generar un gran sentimiento de culpa es pensar que otros ya lograron sus metas o aún hay alguien afuera luchando por lo que quiere. No necesitas “aprovechar” cada segundo de tu vida, cada persona va a su propio ritmo. Basta con avanzar.

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