dermatitis

Este tema me duele… en el cuero cabelludo.

Yo he pasado por muchas con esta parte de mi cuerpo. No saben cómo me he lastimado. Ha llegado a tener heridas leves y otras muy dolorosas. Me aparecían como descamaciones, unas típicas blancas y muchas otras, rojas. El coco me arde, me duele. Está inflamado. Finalmente un médico me dijo: dermatitis seborreica.

Así que cuando la Dra. Paula Torres, dermatóloga asesora médica de La Roche-Posay, me ofreció una entrevista no pude más que decir que sí. Este tema causa mucho dolor y, también, vergüenza. Ajá, en la fase de escamitas blancas, pues tu ropa negra puede llenarse de caspa y eso no es muy lindo que digamos. Así que hay que hablarlo y explicar por qué sucede y qué remedios hay.

Aquí tienen la información:

 ¿Cómo se si tengo dermatitis seborreica?

Si has llegado a sentir descamaciones, rojeces, picazón y “caspa” constante en la piel seguramente tienes dermatitis seborreica. Sabemos que estas sensaciones no son de lo más placenteras pero es un padecimiento muy común que a muchas personas les afecta. Aunque el origen de este aún no sea claro, existen opciones para poder tratarlo.

¿Qué es?

Primero que nada, explicaremos qué es la dermatitis seborreica: es un trastorno en la piel que se considera inflamatorio y principalmente afecta los sitios donde hay mayor concentración de las glándulas que producen “sebo” como la parte central de la cara, pecho, espalda y cuero cabelludo.

Todos podemos padecerlo en algún momento de nuestra vida, sin embargo, la edad a la que mayor se frecuenta es en la etapa adulta, afectando más a los hombres y también en ciertas épocas del año como el invierno, así  como en aquellas personas con piel más seca y sobre todo, sensible.

Es por esto que la  dermatitis seborreica pueda desaparecer sin tratamiento, o reaparecer en forma de “brotes” incluso a pesar de un tratamiento debido al estrés, cambios de clima, algunos medicamentos u otras enfermedades como inmunosupresión.

Podemos identificar este problema si observamos “granitos o algunos barritos” en los surcos a los lados de la nariz, cercanos a las comisuras labiales y el mentón; también a veces ocurre detrás de las orejas, el entrecejo e inclusive en los párpados superiores (blefaritis seborreica) y en la zona central del pecho. Es común que se acompañe de ardor y sensación grasosa, con “escamas” que suelen confundirse con resequedad siendo todo lo contrario porque si aplicamos cremas grasosas podemos agravar esto.

En ocasiones puede confundirse con algunas otra dermatitis que afectan los mismos sitios o comparten algunas lesiones similares como: acné, rosácea, psoriasis, dermatitis atópica y lupus eritematoso, por lo que es importante acudir al dermatólogo cuando estos síntomas no mejoran con las medidas generales, persisten o incluso si empeoran.

¿Se puede sanar?

El tratamiento consiste en restablecer la barrera cutánea y en usar algunos medicamentos anti inflamatorios y productos seborreguladores, además que la limpieza juega un rol muy importante,  ya que usar un jabón suave que ayude a reducir la oleosidad sin irritar de más conservará el microbioma (barrera conformada de microorganismos que ayudan a la piel de agentes externos ataquen el cutis). También evitará causar mayor inflamación evitando manchas oscuras, que luego son más visibles y si no realizamos esto, puede asociarse el llamado Pytirosporum ovale y agravar más el problema.

Si tenemos el cabello “graso” también puede favorecer que nuestro cuero cabelludo se irrite y este provoque descamación o la llamada “caspa” que provoca la comezón desagradable y que entonces podamos lastimar más aún nuestra piel y con con ello favorecer caída de pelo. Una de las medidas a seguir en estos casos es lavarlo diariamente con un shampoo como lo es Kerium de La Roche-Posay, que nos ayude a regular la secreción de “sebo” y retirar las “escamas” con mayor facilidad.

Es importante consultar a tu médico pues solo un experto en el cuidado de la piel te dará un diagnóstico, tratamiento y seguimiento correcto para este padecimiento para poder controlarlo.  Una vez que se identifique, puedes prevenir esos “brotes” y tomar las acciones necesarias para evitar las molestias y complicaciones.


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