En medio del tiempo sin tiempo, empezamos a escuchar que pronto regresaremos al «nuevo normal» y yo, no entiendo a qué se refiere. Busqué en el diccionario la definición de normal y esto es lo que encontré:

«NORMAL:

ADJETIVO: «Que sirve de norma o regla». «Que se ajusta a cierta norma o a características habituales o corrientes, sin exceder ni adolecer». «Que ocurre, se hace o se repite con frecuencia o por hábito.» «Que forma parte de la naturaleza de algo y es propio y característico de ello.»

Nada de lo descrito me da norte sobre lo que será la vida después de la pandemia, o al menos después del distanciamiento social.

Durante el tiempo que llevamos en casa he analizado la vida previa y mucho de ella hoy no me parece tan «normal«… vivir a prisa, contra el reloj, con expectativas altísimas de nuestro desempeño en todos nuestros roles, con agendas saturadas, sometiendo el cuerpo y el alma a ritmos irreales para darlo todo, para cumplir con todo, comiendo muchas veces a deshoras o no comiendo, teniendo tiempo para poco o nada extra que no se considere «productivo», pocas cosas completas pues bien dicen que «el que mucho abarca, poco aprieta»… la verdad, no era tan «normal».

La cuarentena al principio tampoco me pareció nada normal, ¿cómo lograríamos estar en casa y hacerlo todo o casi todo desde ahí?, no parecía normal que el mundo entero hubiera tenido que hacer una pausa forzada para salvar vidas, no todas, pero muchas… No me parece normal pensar que «algo» microscópico e invisible a los ojos haya sido capaz de terminar con el mundo y con la vida como la conocíamos…

Me di cuenta también de que la forma de vida previa me hacía hacer y querer cosas y actividades (y hasta personas) que hoy considero innecesarias y hasta prescindibles, y a pesar de adaptarnos y de tratar de ser lo más resilientes posible, hay muchas cosas que no me parecen normales.

No es normal que algunas personas no se tomen en serio la pandemia, que otras tantas no sean empáticas o compasivas con quienes están viviendo tremendas consecuencias. No es normal no hacer consciencia de la nueva forma de vida que estamos forzados a adoptar para seguir salvando vidas…

Luego, a la vuelta de semanas nos anuncian el regreso «al nuevo normal». ¿De qué estamos hablando?, nadie sabe cómo es que la mayoría de las personas cambiamos durante el tiempo de aislamiento: hábitos, pensamientos, proyectos, ideas… ¿Cuántas pérdidas tuvimos en el camino, cuántas mas vamos a enfrentar? ¿Acaso eso se puede definir como un nuevo normal?

Recién acabo de leer en Instagram una frase que me hizo mucho sentido y dice: «Estoy haciendo lo mejor que puedo, esta es mi primer pandemia», y es verdad; la primera pandemia de la mayoría de nosotros, y nos hemos caído y levantado, y tenemos miedo y confiamos también en que vendrán tiempos mejores y pedimos que así sea, pero no sabemos que será lo «normal» al regresar de nuevo a la calle, al trabajo, a las escuelas…

No va a ser normal, vamos a ser otros, tristemente vamos a ser menos. Nos estamos transformando, nos estamos reinventando, estamos sobreviviendo, estamos resistiendo… y esperamos con el alma que pronto pase. Sabemos de cierto que el regreso será lento, dosificado y que habrá prioridades, hoy estamos entendiendo qué y quiénes son importantes en nuestra vida: la salud, el bienestar emocional, la estabilidad económica básica, la familia unida, los amigos; ya cambió nuestra escala de valores, no seremos «nuevos normales», seremos nuevos en muchas cosas, pero no normales.

Esta situación de la que ninguno escapamos nos estrelló en la cara la oportunidad de cambiar nuestros mundos desde casa, desde adentro, desde donde podemos «medio» controlar algunas cosas y nos recordó que la vida es hoy y ahora, y que a pesar de seguir un plan, a veces el plan no llega. No digo que vivamos al día, pero si propongo que estemos presentes y que lo único normal en nuestras vidas sea aceptar que somos infinitamente vulnerables a los cambios y que solo en nosotros está el fluir con ellos para estar bien, para quizá ser mejores y sobre todo, para vivir más ligeros.

Normal no es nada de lo que estamos viviendo, poco de normal tenía la vida anterior a la pandemia en el mundo, sentimos nostalgia de ese «normal» y queremos uno nuevo, puede que llegue o puede que no; en tanto, podemos aceptar que lo que nosotros hagamos parte de nuestra vida se irá sintiendo regular, más aceptable, más contenido, un poquito, solo un poco más normal.

Les comparto para cerrar un pensamiento de Albert Camus y que ojalá nos acerque al nuevo normal:

«Dentro de mí

En medio del odio, me pareció que había dentro de mí, un amor invencible. En medio de lágrimas, me pareció que había dentro de mí, una sonrisa invencible. En medio del caos, me pareció que había dentro de mí , una calma invencible. Me di cuenta que a pesar de todo,  en medio del invierno, me pareció que había dentro de mí un verano invencible. Y eso me hace feliz. Porque no importa lo duro que el mundo empuje contra mí, dentro de mí, hay algo más fuerte, algo mejor, empujando de regreso.

Karla Lara

@karlamamadecuatro


Síguenos en redes sociales como @KENArevista: