Sean honestas chicas, ¿cuántas veces se han imaginado que las toman por la fuerza y lo hacen con un desconocido? o ¿les gustaría ser la mejor bailarina que realiza un erótico striptease?, si han tenido estos y otros pensamientos que incluyan pasión, deseo y sexo, ¡no se asusten!, solo se están dejando llevar por su imaginación. Las invito a que se atrevan y exploren sus más atrevidas fantasías, esas que no les cuentan a nadie y descubran lo maravilloso que pueden ser para su vida sexual.

Por: Angie García

Seguramente alguna vez has soñado con ser como Jennifer Aniston o Jennifer López, pues así como imaginas este tipo de cosas, seguramente por tu cabecita pasan pensamientos sexuales, algunos muy inocentes, otros perversos, unos más atrevidos y locos, pero no te persignes y te alarmes, este tipo de pensamientos ni te convierten en alguna ninfómana o loca sexual. Algunos especialistas afirman que todos los seres humanos vivimos de ideas y fantasías.

No le tengas miedo a tus fantasías por más locas que parezcan, como su nombre lo dice, son fantasías, que solamente tú decidirás si las llevas a cabo no, pero con fantasear e imaginar, no te pasará nada malo. De hecho hacer a un lado tabúes, te ayudará a darle más creatividad, conocerte mejor y disfrutar aún más tu vida sexual.

Recuerda que la mente es un órgano sexual altamente poderoso y está relacionado con el aumento y disminución del deseo. Muchas mujeres recurren a su imaginación para lograr mayor excitación. Cuando una persona deja de fantasear, baja su deseo sexual.

¿Es malo fantasear?

Seguramente muchas veces te has sorprendido de lo que tu mente puede crear, escenarios que te parecen demasiados atrevidos que incluyen tríos, juguetes sexuales, etc. Pero ¡ojo! pensar e imaginar algo en algo no necesariamente significa que quieras hacerlo. Es algo irreal y por eso no hay que ponerse límites al echar la mente a volar, en esa sólo estás tú y nadie te impone u obliga a hacer algo que no deseas.

La mayoría de las personas le temen a sus fantasías porque muchas no siempre coinciden con su vida real, pero no hay nada de malo en plantearte situaciones por más alocadas que parezcan.

Aunque en ellas se proyectan muchos de tus más profundos deseos, pensar en algo no significa que lo vayas a hacer. Lo primero que hay que entender es que existe una gran diferencia entre imaginar y actuar.

Especialistas en el tema recomiendan que te sumerjas en tus fantasías y te conviertas en lo que quieras. Tú escribes la historia y decides qué y cómo lo quieres y en qué momento lo detienes.

Cualquier fantasía es válida mientras tú te lo permitas. Es parte normal del deseo erótico.

¡Te comparto mi fantasía!

Ya sea por volver a encender la llama de la pasión o no caer en el aburrimiento, muchas parejas comparten sus fantasías y si llegan a un mutuo acuerdo, se atreven a llevarlas a cabo. Si llegas a este tipo de acuerdos, toma en cuenta varios factores, el principal es que no todo saldrá tal y cual como lo piensas, están en juego varios factores, uno de ellos, lo que piensa y el control de las emociones de tu pareja. Pero si todo va caminando bien, te recomiendo que disfrutes al máximo cada momento.

Todos en algún momento pensamos realizar alguna “locura sexual”, seguramente para ti sola guardas esas escenas eróticas que te has llegado a imaginar y es totalmente respetable. Sobre todo, si sientes que alguien te juzgará por el sólo hecho de que se te crucen por la mente, lo cual no tiene nada de malo, pero en esos casos es mejor quedarte con tus pensamientos sin sentirte culpable de imaginarlos.

¡Vamos a fantasear!

Si en verdad deseas realizar tus fantasías, platica a fondo con tu pareja sobre todos los puntos a favor, en contra y todo aquello con lo que tengan que ponerse de acuerdo, además toma en cuenta estos tips para lanzarte a realizar tus más bajos pensamientos:

-Jamás hagas nada que vaya en contra de tus valores e ideas.

-Tanto tú como tu pareja, tienen que estar conscientes de que se trata de un juego y que en cualquier momento puede parar.

-Es totalmente válido cambiar de opinión. Tal vez imaginaste una fantasía fabulosa, pero en la realidad no la estás disfrutando. Se vale detenerse a cualquier altura del juego.

-No debes de afectar a terceras personas. Por más que desees hacerlo en algún lugar público, recuerda que hay gente que puede verlos. En el caso de un trío, es muy importante pensarlo muy bien y dejar reglas y acuerdos a detalle para que la situación no se salga de control.

¡Que todos nos vean!

Sin duda, una de las fantasías más comunes es hacerlo en lugares públicos. Para muchas personas resulta bastante excitante tener encuentros sexuales en la playa, en el estacionamiento de un bar, el elevador, etc. La adrenalina, el temor de ser sorprendidos, es algo que excita demasiado a algunas personas.

¡Conviértete por un día, en una pornstar!

Para muchas personas resulta un juego muy excitante incluir en sus fantasías espejos y cámaras. Mientras sea de común acuerdo, adelante. Algunas parejas gozan grabándose en diferentes ángulos, como lo dije anteriormente, si es de común acuerdo, la idea es bastante loca y atrevida. Además pueden verlo juntos y “practicar” otras escenas para futuros videos.

¡Sólo obedece!

¿Quién no desea tener como esclavo a su pareja y que nos conceda todo aquello que le pedimos? Aquellas fantasías que incluyan amarrar, esposar y vendar a la otra persona, en donde el juego de dominar es el protagonista, es una de las mayores fantasías que la gente desea realizar. Puedes empezar a llevar a cabo estas fantasías con materiales suaves, a menos que tu pareja lo desee, incluye cadenas o ataduras más fuertes, pero todo con cuidado.

Recuerda que todo lo puedes llevar acabo, siempre y cuando la otra persona también esté de acuerdo, sino todo será un caos.

Lo importante de las fantasías, es que ya sea sólo en tu imaginación o en la vida real, las disfrutes al máximo, sin ningún temor y que cada momento sexual y orgasmo que tengas lo goces, porque esos serán muy reales.

¡Suerte chicas!

Angie García

Twitter: @angiegama
Amante de la buena música, la comida y de vivir sin complicaciones.


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