La educación sexual integral es un tema sencillo de describir, pero con algunos retos que enfrentar aún. La información está aparentemente en todos lados y al acceso de todos (la sexualidad no es excepción), lo que cuesta es seleccionar la buena información, que sea asertiva y que realmente resuelva las dudas que tienen niños y adolescentes en los tiempos que viven.
Siendo mamá de 4, incluyendo una pre adolescente y un adolescente, me ocupa buscar los recursos educativos confiables para obtener información de primera mano para que mis hijos, en su afán de estrenar su incipiente independencia y de resolver dudas (que probablemente no comparten conmigo), puedan consultar también.
Crianza y responsabilidad
Los adultos (madres, padres, educadores en general y cuidadores) tenemos una gran responsabilidad en la crianza y un importante rol en la educación sexual. Los menores quieren información basada en evidencia, que rete sus conocimientos y que valide sus emociones. Entender que la educación sexual ya NO puede limitarse simplemente a conocimientos de anatomía y fisiología es una prioridad. Entender también que lo «integral» abarca emociones, sentimientos y corporalidad y que las respuestas no deben dejar fuera ninguno de esos componentes.
La edad para iniciar a nuestros hijos en la educación sexual integral es variable, pero ya no es inteligente esperar a que alguien más tome la iniciativa por nosotros: ni sus amigos, ni sus búsquedas en la red, ni tampoco algo fortuito que despierte sus dudas y complique sus pensamientos. Nos toca acercarnos con amor, certeza y confianza para que nos vean como un apoyo y como un recurso confiable para que ellos tomen decisiones informadas.
¿Cómo hablar de educación sexual?
Tus hijos y los míos van a tener acceso a información sobre sexualidad (estés listo o no; te guste o no; te lo diga o no); dentro y fuera de casa y dentro y fuera de la escuela. Lo mejor es estar a tiempo para ellos y darles lo que realmente los orienta y forma.
También importa tener en cuenta que la manera en que nosotros fuimos educados en temas de sexualidad, puede hoy servirnos de poco o nada frente a los retos que hoy tienen los adolescentes en pleno despertar sexual. Elementos como el confinamiento o el distanciamiento social por pandemia o el acceso a medios electrónicos desde muy corta edad, cambia por completo el escenario de enseñanza. Lo que un adulto aprendió en un texto, una monografía o una clase hace 20 años o más, no se parece en nada a lo que un adolescente quiere ver hoy para resolver sus dudas.
La idea es quitarle lo incómodo y raro a la educación en sexualidad. Se vale tener acceso a información real y divertida, que venga en formatos atractivos para niños y adolescentes. Hay temas que están pendientes de resolverse aún a nivel mundial, pero que hoy pasan en nuestro país: el matrimonio infantil, el embarazo adolescente, los abortos clandestinos; la transmisión de enfermedades (sida, VPH) y otras de transmisión sexual; la violencia sexual física y digital; el consumo y producción de pornografía infantil; y el día a día del sexting, el grooming, el acoso sexual y el bullying en todos los niveles, es parte de la vida de los adolescentes. La salud emocional y física de niños y adolescentes tiene que ser una prioridad.
Hablar de una educación sexual integral implica…
- La pubertad
- Orientación sexual
- Identidad de género
- Autocuidado y autoestima
- Higiene menstrual
- Relaciones saludables
- Enfermedades de transmisión sexual
- Reproducción y embarazo
- Masculinidad
- Feminismo
- Expresar emociones y valores
Los pequeños tienen grandes preguntas y la educación sexual «integral» es un derecho; que además, con la información real adecuada a su edad, previene en muchas situaciones de abuso sexual, pues niños y adolescentes sienten más confianza en sus conocimientos y tienen más certeza para identificar situaciones de riesgo y ponerse a salvo o denunciarlas. Se trata de normalizar la manera de hablar y abordar los temas relacionados con la sexualidad en lo cotidiano, con el mismo interés e importancia que damos a que nuestros hijos aprendan y dominen ciertas disciplinas. La información y educación sexual son un recurso de vida.
Padres, educadores y cuidadores en general podemos tener las mejores intenciones, pero no siempre reunimos el conocimiento, o la personalidad o la manera de comunicar lo que sabemos. Amaze es una iniciativa en educación integral en sexualidad diseñada por organizaciones especializadas en el tema en Latinoamérica y el Caribe: Advocates for Youth; answer sex ed, honesty; YTH Youth Tech Health; IPPFWHR Western Hemisphere Region; que busca maximizar recursos educativos para padres, maestros y niños y adolescentes, que nos apoyan para iniciar la conversación.
Aquí 8 ejemplos
- Hay algo de lo que nunca hemos hablado antes y creo que es hora de que lo hagamos.
- ¿Recuerdas cuándo me preguntaste sobre…?
- ¿Recuerdas cuándo hablábamos acerca de…?
- Encontré un libro que creo que te va a gustar, podemos leerlo juntos.
- ¿Sabes qué es la orientación sexual?
- ¿Qué entiendes si te digo que hay que cuidar la privacidad?
- Cuando me contaste que tus amigos ya se dieron un beso, ¿qué piensas de ello?
- En la película que vimos había una escena de… vamos a platicarla.
Los contenidos de Amaze son recomendados para niños entre 10 y 14 años, ofrece la información en videos animados y de corta duración, que además comparte en redes sociales y muchos representados por niños y adolescentes que son embajadores de la iniciativa, lo cual crea un lazo de confianza en la audiencia de las mismas edades y que ofrece recursos para familias y cuidadores. Pueden checarlo en amaze.org/es
Estar listos para «la charla» es importante, no tienes que saberlo todo, pero sí tienes que buscar opciones. Mientras más podamos acompañar a nuestros niños y adolescentes, mejor podremos prepararlos para su interacción social, para que tengan relaciones más estables y sobre todo, para que tomen mejores decisiones.
¿Ya tuviste «la charla»?,
Karla Lara
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