lactancia materna

La lactancia materna fue elevada a derecho constitucional en la Ciudad de México, luego de que el pleno del Congreso aprobara por unanimidad modificaciones al artículo 9 de la Carta Magna local, con el fin de garantizar la alimentación y la nutrición de las infancias. La reforma indica que es un derecho de la niñez “al ser un medio idóneo que le asegura una adecuada nutrición, favorece su crecimiento y desarrollo físico, cognitivo y emocional, previniendo enfermedades”.

Puede leerse raro, pero apenas, en el 2023 se ha elevado a derecho constitucional en la CDMX el que los bebés sean alimentados con leche materna. ¿Echamos las campanas al vuelo?…

En la constitución local quedará plasmado que en el ejercicio de la lactancia materna: «debe existir la corresponsabilidad de madres, padres, tutores o quienes ejerzan la patria potestad y en el cual los sectores público, privado y social, tienen la obligación de proveer su protección, apoyo, concientización y promoción». He aquí está el verdadero reto ya que habría que ver que tanto incide esta reforma en los hechos, porque dar lactancia materna implica una serie de compromisos para apoyar a las madres, por ejemplo: crear y ejecutar políticas públicas que permitan la lactancia materna en los centros de trabajo, capacitación al personal de salud en la implementación de estas políticas, brindar información acerca de los beneficios y el manejo de la lactancia, ayudar a las mamás amamantando a iniciar la lactancia de inmediato desde el nacimiento del bebé; instalar lactarios no sólo en centros de trabajo pero en espacios públicos y regular de manera más estricta las prácticas de publicidad que pueda considerarse engañosa y que ofrecen algunas fórmulas lácteas comerciales.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida del bebé, y después complementarla con alimentos sólidos hasta los dos años de edad. De acuerdo con la Unicef, en México únicamente el 31 por ciento de niños y niñas menores de seis meses reciben lactancia materna exclusiva esto se traduce en 3 de cada 10 bebés. La lactancia protege a los bebés en su primer año de vida contra muerte súbita, enterocolitis necrosante, diarreas, infecciones respiratorias de vías altas y bajas y otitis media, entre otras, incluyendo COVID. La información confiable y basada en evidencia es crucial para asegurar que los bebés reciban la nutrición adecuada y se protejan de los riesgos asociados con la alimentación artificial.

Es un gran paso pero seguimos en la defensa, pues a los obstáculos laborales cotidianos, se suman las opiniones y la presión social, familiar y a veces de la pareja basadas en la desinformación; entre las que destacan las creencias sin fundamento y que hace a las madres sentirse insuficientes y abandonar la lactancia:

  • No produces suficiente leche.
  • Tu bebé no se llena, por eso llora mucho.
  • Tu bebé se queda con hambre, por eso despierta en las noches.
  • Tienes pechos pequeños, seguro no produces tanta leche.
  • Complementa con fórmula para que el bebé se llene.
  • ¿Para qué sufres?, mejor dale fórmula en biberón «para eso es».
  • Tu tomaste fórmula y estás súper bien de salud.
  • Amamantar duele.
  • Si amamantas se te caen los pechos.
  • Si vas a regresar al trabajo, olvídate de amamantar.
  • Dale fórmula de una vez, ¡Que afán de sufrir!
  • Tu bebé está creciendo ya no tienes suficiente leche.

Por eso importa tener la información correcta para lograr una lactancia materna que favorezca la salud del bebé y de mamá y aunque no siempre es sencillo, muchas veces con una asesoría en lactancia se arregla (aprender sobre posturas y técnicas para amamantar; aprender a crear tu banco de leche, la importancia de las tomas nocturnas, los factores de nutrición y protección inmunológica de la leche materna; etc.), y buscar aliados que apoyen a las mujeres en este tiempo vital y vulnerable.

En mi experiencia de doula de parto, de post parto, mamá de cuatro y asesora en lactancia materna, me consta que las mujeres quieren amamantar y reconocen los beneficios exclusivos de la lactancia, pero se van enfrentando a muchos obstáculos, y prueban de todo para producir más leche. Por eso importa conocer las innovaciones en este tema, y una recomendación personal es conocer y probar Galactogil, un suplemento alimenticio elaborado a base de ingredientes naturales (extracto de malta, hinojo y anís verde); es un galactogogo sin riesgos de salud y con resultados inmediatos para las mujeres que verdaderamente necesitan un apoyo para incrementar su volumen de leche. Es de libre venta y sobre todo tiene la garantía de estar elaborado por un laboratorio ético, en la dosis segura y adecuada y se toma muy fácil disolviendo el sobre en agua tibia o caliente con ligero aroma y sabor a vainilla y sin efectos adversos, es un gran avance para apoyar a las mamás a amamantar.

Los galactogogos son sustancias, naturales o farmacológicas, que ayudan a aumentar la producción de leche materna, no suelen ser necesarios salvo en circunstancias muy concretas y durante años se han usado medicamentos que en realidad eran para padecimientos estomacales o intestinales y hoy, años después se sabe que han incidido mucho como causa de depresión post parto como efecto adverso. Si estás embarazada o acabas de tener a tu bebé, busca apoyo e información actualizada; la leche materna es lo mejor para tu bebé y ya es un derecho, seguimos en el apoyo a la lactancia para mejorar la salud pública de madres y bebés.

Un abrazo,

Karla Lara

Imagen de Vectosjungle en Freepik


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