Nuestra estrella de portada es mucho más que un rol: es un ser humano con virtudes y defectos que busca impactar positivamente la realidad –suya y de los que la rodean– con amor, realizando cada acción –llámese conducir un programa, hacer la tarea con sus hijas o practicar yoga– con una conciencia plena, en el aquí el ahora.
BUSCANDO EL EQUILIBRIO
Conocida en el medio artístico por su interés en la meditación y el yoga, Luzma reconoce que fue hace casi una década cuando inició una búsqueda espiritual que le ha traído muchas satisfacciones. “Cuando mi hija Fátima tenía 3 años, yo tenía 33; cuando yo tenía 3 y mi mamá 33, falleció. Esto me hizo reconectar con mi niña interior y las huellas de abandono, porque mi mamá se murió de una manera muy dura, muy difícil, después de varias depresiones. Así que este momento para mí fue un parteaguas y lo que me animó a entrarle a esta aventura del autoconocimiento”.
“Esta búsqueda constante que inicié, y que jamás va a terminar mientras esté en este plano, implica todo el tiempo un cuestionamiento, un tener claro el por qué hago lo que hago.
Entonces cuando me trepo en los tacones lo que pienso es: ‘Hoy seguramente me verá alguien, ¿qué cosa bonita y positiva puedo dejar en los oídos del corazón de esa persona que escucha lo que yo digo?’. Eso es de alguna manera lo que me mueve. Lo siento como una responsabilidad, el estar a cuadro, en un foro, con un micrófono. Entonces desde esa responsabilidad, sin creérmela demasiado –como una maestra espiritual, que no soy–, pero sí tratando de ser lo más humana posible para conectar y tocar la vida de otros seres humanos”.
THE FUTURE IS FEMALE?
En este romper paradigmas hablamos de feminismo y del inevitable empoderamiento de las mujeres en todo el mundo.
¿Pero estamos listas para asumir el reto y enfrentar las consecuencias?
“Mi opinión es que sí de verdad las mujeres tenemos la capacidad de hacer grandes cambios, pero antes tenemos que reconectar, en primer lugar entre nosotras, como comunidad, como tribu.
Tenemos que regresar al hogar, al amor, al corazón y a la nutrición, porque somos nutridoras de todas las maneras. Creo que se ha desvirtuado y nos hemos metido en una revolución que hemos confundido con evolución. Yo sí creo que una mujer bien balanceada, empoderada en el buen sentido, puede hacer magia dentro de su hogar y ser como esa piedrita que avientas en un lago en calma, que puede crear muchísima resonancia y hacer la diferencia.
Yo sí creo que en nosotras está el cambio porque finalmente somos las que parimos, las que damos vida y las que educamos. Ese cambio que nos urge y que ya queremos ver inicia en nosotras”.
Nadie dijo que fuera fácil… ni rápido. Las malas noticias invaden los noticiarios, los periódicos y los sitios de internet. La realidad nos confronta con situaciones límite casi todos los días. Pareciera que “los buenos” vamos perdiendo el juego. “Siento desesperanza y desilusión todos los días. No puedo ser indiferente a lo que oigo y a lo que veo, y claro que de repente es frustrante, porque la gente buena –que somos la mayoría– queremos hacer una diferencia desde nuestra trinchera, queremos poner nuestro granito de arena para construir un mundo mejor, pero a veces sentimos que nuestro granito no aporta absolutamente nada… Y es ahí cuando se desdoblan los milagros y de repente te llega el mensaje de una señora que se trató de suicidar y que ahora ve con alegría que el sol sale todos los días. Es gracias a esas bendiciones que de repente recibimos que tenemos que seguir haciendo lo que podemos y no tirar la toalla”.
Por Bianca Pescador
Lee la entrega completa en nuestra editorial de marzo.
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