Es la magia de la atracción , positivo y negativo. Para que las cosas en el mundo material funcionen se requiere de dos polos opuestos. ¿Sabías que en el mundo espiritual también es necesaria esta polaridad? Sólo que ahí se habla de dos energías: masculina y femenina.
Por: Bianca Pescador
Anthony Robbins, reconocido conferencista a nivel mundial y autor de numerosos libros de superación, dedica un seminario completo al análisis de las energías masculina y femenina, y de cómo éstas nos pueden ayudar a lograr relaciones legendarias.
Hablar de parejas polarizadas hoy en día causa molestia y controversia, en gran medida por el malentendido que hay entre sexos y energías. Pero ojo: aquí no se habla de relaciones heterosexuales ni homosexuales, sino de energías individuales tan cambiantes como la luna.
TU ESENCIA VERDADERA
Imagina a una niña pequeña, femenina por naturaleza: alegre, delicada, pícara, espontánea, emocional. Ahora piensa que su padre hubiera deseado con todas sus fuerzas que fuera niño. Lo más seguro es que cada vez que ella actuara como hombre hubiera sido premiada, contrario a cuando llorara, riera fuerte o bailara sin parar. Ahora imagina a un niño pequeño, masculino por naturaleza: rudo, directo, pesado, decidido. Piensa que su padre es alcohólico y lo golpea. Lo más probable es que el niño aprenda a ser sumiso, a complacer y quedarse callado.
Lo que sucede en ambos casos es que situaciones externas modifican la esencia verdadera de la persona. La chica creó un escudo de energía masculina y el chico hizo lo propio. Cuando crecieron e intentaron cambiar, porque se dieron cuenta que las porristas tienen más éxito entre los hombres y que los jugadores de americano son el alma de las fiestas, no funcionó. El resultado fue desastroso porque se pusieron una máscara arriba de la otra, en lugar de ir a la raíz de lo que consideraban el problema: no atraer a una pareja con la que se sintieran a gusto. Y no sólo en cuanto a comodidad, sino que los volviera locos, apasionadamente locos.
EL DILEMA DE LAS RELACIONES
Si bien no todas las mujeres –ni todos los hombres– están condicionados a un tipo de energía, puesto que ambos tenemos de las dos, sí es común que las mujeres tiendan a tener una energía más femenina y los hombres una más masculina. Incluso en el caso de homosexuales o lesbianas, alguno de los dos miembros tendrá más energía femenina que el otro y viceversa.
Lo que esto crea es un balance, un equilibrio que se rompe cuando cualquiera de los dos vuelve a su centro, si es que alguna vez lo perdió, lo cual es muy común. La razón principal es que la sociedad nos ha obligado a dos cosas: por un lado, las mujeres, para ascender en el mundo corporativo, deben ser eficientes y eficaces, no mostrar sus sentimientos, enfocarse en los resultados y saber controlar a un grupo de gente. A los hombres, por otra parte, se les ha exigido igualdad, consideración, respeto; “más conciencia”, decimos.
En realidad lo que hemos generado es que la mujer esté más en contacto con su energía masculina y el hombre con su energía femenina, lo cual hace que atraigan a parejas con las que –inconscientemente– no sienten una verdadera conexión ni mucho menos pasión. Porque para que haya fuego se necesita polaridad. Sí o sí es requisito.
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