Cuesta tanto poner límites… ¿te ha pasado? Aguantas y aguantas todo de una persona que te importa y no sabes decir ¡alto! ¿Esto podría traer consecuencias?
Es una situación desagradable, desesperante y angustiante. Solo con el hecho de no querer soportar más, dices que por respeto y amor, prefieres seguir viviendo encadenada a un sí falso, lleno de temor e inseguridades… Esto es una cadena que debes romper.
¿Qué ha pasado todo este tiempo donde no te has atrevido a poner el límite? Sientes que el mundo va en reversa, que todo está en tu contra e inevitablemente, volverá a suceder eso que tanto te desgasta.
¿Los límites son necesarios?
Por supuesto. Con esto forjaremos nuestra identidad y carácter. Además, aprendemos qué sí y qué no vamos a tolerar, poniéndonos a nosotras en primer lugar. Te valoras y le das sentido a ese famoso amor propio del que tanto hablamos.
Recuerda que tu interior es el reflejo de tu exterior. En este sentido, para curar emociones: aléjate de una persona si consideras que es tóxica; di con seguridad ¡NO!, si no quieres ir a ese lugar pues no vayas, no permitas que te revisen tus cosas personales… simplemente, no hacerlo que no quieres.
¿Qué pasa cuando no ponemos límites?
- Siempre decimos que sí, aunque no queramos
- Seguimos al lado de personas que no reconocen nuestro valor
- No respetan nuestro espacio (dormir, celular, llamadas, amigos, salidas. Etc) y no hacemos nada respecto a esto
- Toman decisiones por nosotras
- Maltrato verbal y físico
- Manipulación
- Controlan nuestro tiempo
- Hacemos lo que otros digan
- Aceptamos acciones inadecuadas.
Pero siendo honestas, ¿quién está permitiendo esto? Nosotras mismas. Si nosotras no nos damos nuestro lugar, nadie lo hará.
Estás a tiempo de actuar porque si le sigues dando largas, tu autoestima se verá directamente afectada. Hazte valer, sentir y respetar y no seas la misma mujer insegura, con miedo, dependiente de otros… ¡Ya no más, pon tus límites!