Estamos celebrando el día internacional de la Salud Mental y es un excelente momento para dar difusión a pequeñas grandes acciones que puedes hacer cotidianamente en pro de tu bienestar. Recordemos que la salud mental es realmente organísmica.

No se equivocaba el refrán que dicta «Mente sana en cuerpo sano»; pues realmente no estamos divididos y funcionamos completo. Somos un organismo integral y entre mente y cuerpo hay una directa correlación de interdependencia. Bueno, sin más palabras rebuscadas, aquí vamos…

1. Contacto con la naturaleza

Exacto, ya que somos parte de un todo, se ha comprobado que el contacto con el color verde de los árboles, caminar descalzo sobre pasto, observar y oler plantas; o las escapadas al mar, las excursiones al campo, la jardinería, el escuchar sentado el cauce de un río, observar las estrellas y la luna, el contacto con los animalitos y demás actividades son benéficas para incrementar la salud mental, lease relajación, sensación de pertenencia, sensaciones de agradecimiento, dimensionar los problemas y obtención de serenidad y paz.

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2. Expresión asertiva de emociones

Aquí nos referimos a que antes de expresarlas hay que captarlas. Suena fácil y trillado, pero realmente las emociones son toda una revolución interna que emanan del autoconocimiento, de verdad poner la mirada al interior, de aceptar lo que siento y después permitírmelo, validarlo y luego darle salida sin represión ni exageraciones.

Se dice que la expresión asertiva de sentimientos es cuando es proporcional al agravio sucedido. Por ejemplo, si me pisan en la calle sin querer y yo le pido perdón al sujeto, estoy disminuyendo mi enojo, pero si más bien lo golpeo o insulto, estoy exagerándolo. Asertivo sería decir un firme: «Con cuidado señor o fíjese por dónde camina».

3. Convivencia con seres queridos

Somos seres que necesitamos interrelacionarnos por naturaleza, nada tiene que ver si somos amígueros o no, si nos consideramos extrovertidos o si somos tímidos. No son defectos ni cualidades, solo son características personales. Lo que sí es realmente importante es sentir el contacto (esto incluye el tacto) con personas que amemos y nos amen. Familiares, pareja, amigos, hijos, etc. Hay que fomentar las relaciones, nutren la vida y el alma. Aquí se incluye también la relación con uno mismo y la capacidad de brindar y pedir ayuda sin tabués ni prejuicios.

4. Nutrición mental: estado de gracia

Esta parte es de suma importancia: ¿qué le das de comer a tu mente? Lo mismo que con el cuerpo sucede aquí, si te dejas penetrar por pensamientos negativos, noticias atroces, chismes con foco en la desgracia ajena y propia, ideas de derrota, desconfianza, enfermedades y los males de la vida, justo eso es lo que comerás y reflejarás. Así como los alimentos chatarra dañan al cuerpo, los pensamientos y aspectos chatarra dañan la salud mental. Trata de enfocarte en lo bueno del día, en lo que sí tienes en tu vida, en generar micro acciones alegres para ti y tu al rededor y ese estado de agradecimiento conllevará a un estado de gracia y felicidad.

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5. Saber que la salud mental es organísmica

Es para meros fines anatómicos que separamos la mente del cuerpo, la verdad es que tal división incluso acarrea más problemas que soluciones: el típico cliché de cerebro vs. corazón. La inteligencia corporal, el lenguaje no verbal, la memoria de los órganos, los síntomas y sentimientos están por todo el cuerpo y esto incluye al cerebro. No estamos divididos realmente de la cabeza y del cuello para abajo. El bienestar es general o no es bienestar.

Te dejo esta nota sobre salud mental y psicoterapia: Creo que ya es tiempo de ir al psicólogo


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