
¡Suéltalo!, y date la oportunidad de avanzar, de aprender y de sentirte libre. Tu paz interior y tu equilibrio emocional son los que se verán directamente afectados si no le pones atención a este asunto.
Nos aferramos por años a situaciones o personas que nos dejan un vacío emocional, por ejemplo, un ex novio tóxico o la muerte de tus padres; es aquí donde empezamos a aferrarnos a un sentimiento que, indudablemente, daña.
Bajo esta situación tienes dos opciones:
- Fluyes con los cambios
- Quedas atrapada en dichas emociones, relaciones, sentimientos o momentos dolorosos que te impiden avanzar.
¿Qué prefieres?
¿A qué estás aferrada?
- Una relación: estás dependiente de una persona y no quieres aceptar que una relación ya se terminó.
- Pensamientos negativos o erróneos que adquirimos con el pasar de los años y por miedo al cambio, no intentamos de modificar.
- ¿Eres adicta? La baja autoestima y la falta de motivación, te limita a superar este problema y no le pones fin a un camino que, tarde o temprano, te hará mal.
- Emociones negativas (enojo, resentimiento, culpa, etc). Estos sentimientos nos quitan mucha energía, poder o control, lo que hace que nos aferremos a ellos. ¿Y qué pasa? Te desgastas afecta tu conducta de forma muy nociva.
- Una imagen negativa de nosotros mismos, que proviene de un aprendizaje y autoreforzamiento constantes.
- Eventos y recuerdos del pasado que nos causan dolor. Con frecuencia, nos aferramos a éstos, porque refuerzan nuestra imagen de víctimas o porque nos mantienen en una posición en la que no tenemos que esforzarnos para enfrentarnos a un presente, que no podemos o sabemos manejar.
- Objetos materiales o el dinero.
Y ¿por qué lo haces?
Ahora bien, ¿por qué te aferras? ¿Por qué te haces este daño? Hay explicaciones muy puntuales.
Por ejemplo, el miedo al cambio o a lo desconocido siempre estará presente; suele ser difícil de manejar.
¿No quieres perder algo que te genera placer? En muchas ocasiones, lo tóxico gusta y demasiado, ¿te pasa?
Si eres muy estricta contigo misma, esta sensación puede generarte placer y control de poder y esto, lamentablemente te hacer aferrarte más y más.
O sencillamente una autoestima poco valorada que te inmoviliza y te hace “ciega” ante dichas situaciones, lo que te genera sembrarte estas circunstancias.
Empieza a soltar…
Silvia Russek, Lic. en Psicología Clínica, nos aconseja hacer un análisis correcto, honesto y sincero contigo misma, “haz un buen análisis, honesto, de las emociones que te están afectando, para ver cuál es la causa de ellas y así, darte cuenta de qué es lo que estás cargando, es decir, a qué te estás aferrando.”
Silvia Russek nos da este ejemplo:
“Imagínate que reduces, aquello a lo que te estás aferrando, a un tamaño tal que cabe en un globo de helio, lo metes en él le haces un nudo al globo y lo sueltas, viendo cómo se aleja hacia el cielo, mientras tú, con una sonrisa, le dices adiós, sintiéndote a gusto y en paz.
Puedes hacer esto mismo en la realidad, escribiendo en un pequeño papel, aquello que deseas soltar, amarrándolo a un globo y soltándolo, dejándolo ir.»
Si bien es cierto, para poder dejar ir el pasado, debes vivir el presente, situarte en el aquí y el ahora y vivir con todos tus sentidos todos tus momentos.
LEER MÁS SOBRE: ¿EMOCIONES A FLOR DE PIEL?: CONOCE MÁS SOBRE TUS REACCIONES CON LA TEORÍA CANNON-BARD
Síguenos en redes sociales como @KENArevista: