La nieta de la reina Isabel II dejó al descubierto una importante cirugía a la que se sometió cuando tenía 12 años para tratar una curvatura en la columna.
La Duquesa de Sussex no lució un vestido de princesa, prefirió un vestido hecho para una mujer con una agenda enfocada en sus libertades, poderes y autonomía femenina.
Una boda real entre el Príncipe tremendo y una actriz americana bi-racial, divorciada y mayor que él se torna en motivo de atención y en un impulso económico en la industria de la moda británica.