En su discurso de agradecimiento al Óscar como mejor actor en el año 2022, Will Smith dijo que tenía un llamado a ser defensor de los que ama, de su familia. Como Richard Williams (el padre de las hermanas Serena y Venus y personaje por el que ganó la estatuilla) él es un defensor. Tiene un llamado.

Con ese discurso «se disculpó» -y a la vez, no- de lo que acababa de pasar media hora antes de ganar el premio. La noche de los Óscares ahora solo se trata del momento en el que Chris Rock hace un chiste sobre el look de Jada, esposa de Will, y después es golpeado por el muy molesto Smith. En la cara. Y luego le dice con palabras mal sonantes que no mencione a su mujer nunca más. En vivo.

Will Smith

Pero, ¿qué pasó realmente?

Pasaron dos cosas: la cultura del «roasting» o burlarse de la gente (muy de Estados Unidos) y el machismo tóxico violento. ¡Esperen!, antes de que se enojen por utilizar este término, sigan leyendo.

Los queremos machitos, muy machitos

En la serie Modern Family una colombiana, Gloria (Sofía Vergara) se casa con un hombre como 25 años mayor que ella, Jay, que es totalmente típico californiano. Ella viene de un matrimonio anterior con Javier, un colombiano sensual, joven y muy echado pa’ delante.

En un episodio Gloria se molesta mucho con Jay porque en un bar no «saca la casta» por ella. Unos borrachos empiezan a molestarlos y él no hace nada, los ignora. Ella, con su sangre latina, se siente y piensa que él no se comporta «suficientemente hombre». Cuando él se da cuenta de esto, trata de hacerse el machito y a ella le cae el 20: recuerda la violencia tóxica de Javier, su ex. No, no quiere eso.

El capítulo termina cuando ella le dice a Jay: te prefiero mil veces contenido y sabio que violento y muy machito.

Este cuento viene perfecto para definir lo que pasó ayer.

La violencia tóxica del bulling y el roast

Tenemos que aclarar que lo que se dice en el Óscar viene en un guion aprobado por un montón de personas. Al final, los guionistas son los que están detrás de los comediantes/conductores, quienes, supongo, también participan de ciertas formas. No a todo mundo les gusta, pero es algo muy común: los chistes a costa de la gente. A veces los comediantes improvisan y al parecer este fue el caso. Gaby Morales Casas, quien traduce para Azteca 7, me comentó que así fue: no venían los chistes en el guion que mandó la Academia para las traducciones.

Justo antes del incidente con Jada y Will, Chris hizo una broma a Javier Bardem. Le dijo que si Penélope, su esposa, no ganaba como mejor actriz, más le valía a él no ganar como mejor actor. Muy de mal gusto y con un trasfondo muy misógino. Para empezar, no mencionó a Penélope por su nombre, es «la esposa de Javier Bardem», y después, asume que las esposas son vengativas y malévolas. No puedo imaginar a Penélope más que feliz por el triunfo de su marido… en caso de que hubiera sucedido.

Y luego le tocó el turno a Jada. Chris Rock al parecer NO leyó un prompter -es decir, lo que decía el guion- y dijo que le emocionaba verla como G I Jane 2. G I Jane es una película donde Demi Moore es parte del ejército y se rapa. Ahí es donde se volvió loco Twitter: nadie entendía la reacción de Will. O sea, el chiste fue malo, ¿pero golpearlo? En primer momento yo pensé que lo que había dicho era sobre la famosísima infidelidad que sucedió en la pareja Smith pero no, era sobre el corte de cabello.

¿Demasiado? Si no tienes contexto, ¡no entiendes nada!

El punto que entendimos después es que Jada sufre de una condición autoinmune que le provoca alopecia. Dicen que ella ha hablado abiertamente de lo doloroso y fuerte que ha sido este asunto en su familia y que hasta su hija se rapó en solidaridad con ella.

Ahora ya tenemos más contexto y entendemos.

Pero, ¿la reacción de Will era lo que correspondía?

¿El problema fue el chiste o el golpe?

¿Y qué tal la violencia que existe en forma de chistes detrás del roast y otras formas de burlarse de los demás?

Definitivamente muchos pensamos que la Academia no actuó de manera correcta al no hacer nada con Will, rompió los protocolos de buen comportamiento. El discurso de Will al agradecer su Óscar como mejor actor fue como si Batman se hubiera metido en su cuerpo y no tenía ni pies ni cabeza. Will era el vengador de los débiles, el defensor, por eso, justifica su violencia. Justifica su violencia, así de fuerte.

Pero también los chistes burlones e hirientes aprobados o no aprobados ya no van.

Hay que revisar nuestras propias violencias, en reacciones, en palabras y en formas de «chistorines». Eso que no pasa nada «si solo es una broma hiriente» y tienes que poner cara de «no me molesta» ya no. En eso tiene razón Will: ya basta de hacer como que no nos afecta lo que digan los otros.

Las palabras cuentan. Hieren.

Las reacciones violentas tampoco van.

¿Se imagina que Will y Jada se hubieran parado en ese momento y se hubieran salido? Y luego Will gana el Óscar y ¡pum!, no hubiera estado para recibir. ¡Esa hubiera sido una declaración fuerte y clara! Brutal. Pero no, la reactividad ganó.

La violencia de palabra y de acción ganó.

¿Qué hará Hollywood ahora al respecto?

Actualización:

Will Smit hizo pública una disculpa, en la que básicamente dice que en un lugar de paz, no hay lugar para la violencia. Además, que él mismo sigue trabajando en él mismo, aún no es un trabajo terminado. 

 


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