¿A qué estamos despertando?
Hace tiempo que escribo en este espacio en el que me siento muy afortunada en participar, y ha sido una oportunidad que me ha ayudado mucho a expresar por escrito cosas que quisiera compartir y que a veces me cuesta trabajo darle forma, eso que revolotea en mi mente, eso que siento en el cuerpo y que tiene todo que ver con ¿quién soy?, ¿qué hago aquí? ¿qué soy?… Esas preguntas que toda la vida me he hecho y que por mucho tiempo me hicieron sentir rara, diferente, fuera de lugar… y que un día me empezaron a hacer sentido y luego entendí que tenía que ver con mi despertar espiritual.
Elegí ponerle un nombre a estos escritos y lo nombré “Serie despertar y permanecer despierta” porque justo de eso me gusta escribir, preguntarme cosas, reflexionar, sentir, cuestionarme todo, ¡TODO! Lo que le ha dado sentido a mi vida.
Creo que en la vida de todos, de una u otra forma hay ciertos momentos en los que pasa esto, tenemos un despertar, la cosa es permanecer despiertos, porque una vez que despertamos hay que movernos de lugar para seguir estando despiertos, y es una experiencia que no es fácil sostener, ni entender qué está pasando; genera confusión, miedo y el instinto natural es regresar a lo conocido, porque aunque no sea lo mejor en nuestras vidas, es lo que conocemos y lo sentimos seguro.
A lo largo de 27 años he estado en una experiencia de despertar y en diferentes momentos de mi vida y diferentes intensidades a lo largo de este tiempo, he sentido cosas que me han dado la idea que estoy despertando, y ¡claro!, lo puedo ver y entender en retrospectiva, porque mientras comenzaba a pasarme no me daba cuenta de lo que me estaba sucediendo. En fin, el despertar tiene ciertas experiencias que se pueden sentir en el cuerpo y saberlo nos puede ayudar a comprender que estamos en un despertar de conciencia, y que eso “también pasará”.
12 experiencias del despertar a la conciencia
- Dolores físicos: ciertos dolores en la cabeza, el cuello o la espalda; se están generando cambios en el sistema nervioso hay nuevas conexiones que se están haciendo en las neuronas y sí, generan sensaciones o incluso dolor.
- Pérdida momentánea de la vista, o vista borrosa. Es una señal de que estamos cambiando nuestro enfoque en lo que vemos, empezamos a ver otros planos y para eso necesitamos dejar de ver con los ojos físicos de la forma en la que estamos acostumbrados; esto no quiere decir que dejaremos de ver sino que aprenderemos a ver de una nueva forma.
- Sensibilidad: Te empiezas a sentir muy sensible y pareciera que esto es sin sentido. Podemos estar tristes, irritables, asustados, y es que las emociones son indispensables para conectar con nuestras experiencias internas, con nuestra energía divina.
- Tristeza: un profunda tristeza, sin que a simple vista haya una razón. Esta tristeza puede estar relacionada con una sensación de duelo, cuando comenzamos a reconectar con nuestra conciencia divina, nos damos cuenta que nos hemos vivido en soledad por muchos años, por muchas vidas, y que esa soledad no era real, cuando uno se da cuenta de eso, se siente dolor, enojo, tristeza, para luego encontrar reconciliación con eso que somos y que nos habíamos sentido tan alejados de ello.
- Sincronía: Al mismo tiempo comenzamos a vivir experiencias de mágicas coincidencias cuando estamos conectados con nuestro Ser Consciente la energía fluye, y lo que Es. Pasa, nos sincronizamos con lo que queremos y “mágicamente” las cosas suceden, como de repente te encuentras con puros semáforos verdes o el banco vacío cuando tienes prisa, cuando quieres comprar algo, lo encuentras y solo está en tu talla y con descuento, el lugar de estacionamiento en la puerta de donde vas… etc., estas pequeñas mágicas y divertidas “coincidencias”.
- Cambios importantes: trabajo, divorcio, mudanzas; cuando nos empezamos a conectar con nosotras mismas a despertar y permanecer despiertas, necesitamos movernos de lugar, porque nos quedamos en una “zona de confort” soportando alguna situación que se vuelve insostenible o simplemente deseamos explorar nuevas experiencias, así que en estos tiempos siempre se presentan oportunidades para movernos a un lugar en el que nos sintamos más cómodas para dejarnos despertar.
- Hablar “más” con una misma: creo que todos en algún momento de la vida hablamos con nosotras mismas, esos diálogos internos que acostumbramos tener y que a veces ni nos damos cuenta, pues descubrirás que o empezamos a hablar más con nosotras mismas o nos damos cuenta que lo hacemos. Esas conversaciones comenzarán a ser más profundas.
- La mente se dispersa: pareciera que se olvidan las cosas, lo no relevante… no es enfermedad mental, es que el cerebro está procesando otra información que no permite que recuerde lo no relevante que pasa en lo inmediato. Se evitan distracciones.
- Más conciencia de la intuición: Detectamos que hay más sintonía, en eso que “nos late” y podemos empezar a escucharla y a agradecer por haber escuchado esa voz… (se relaciona con la 5 y la 7).
- Sentimiento de soledad: Cuando comenzamos a despertar a nuestra conciencia se percibe como que la gente que nos rodea no nos entiende y la sentimos lejos; eso genera una sensación de soledad. Lo bello de esta experiencia es que así de mágico también podemos empezar a reconocer estos Seres de Luz, Amigos Invisibles, y/o Ángeles que nos acompañan y también encontramos a otras personas que también están pasando por procesos similares y se pueden generar nuevos vínculos con nuevas personas. ¡Nunca estamos solas!
- Desinterés en convivencia con personas que no dejan nada: también como en el punto anterior, se hace una selección de amistades, se irán los que no nos aportan, y por lo tanto nosotros tampoco podemos aportarles, y llegan nuevos. Incluso algunos familiares será necesario alejar, estos alejamientos suelen hacerse de forma natural, pero a veces es necesario que nosotros soltemos el apego a alguna relación, para reconocer el valor de una misma.
- Una sensación de que hay algo más: conforme una va sintiendo estas experiencias también podemos sentir un deseo de conectar con “el todo” esa conciencia de “volver a casa” aunque uno no entienda qué quiere decir eso. Podemos empezar a reconocernos como seres más grandes de lo que alcanzamos a ver con nuestros ojos, y eso es una sensación más que la certeza de que así sea. Y se siente bien sentir que así es.
Estos doce pasos los he vivido a lo largo de mi vida consciente (y quizás algunos más), en diferentes momentos de mi vida, a demás algunos los he escuchado de seres que me han enseñado a lo largo de mi camino y fueron muy útiles en su momento, al saber que algunas experiencias no eran locura, sino este despertar, sentí paz y armonía en mi alma.
Deseo que esta experiencia compartida también te ayude a encontrar tu propio camino de despertar para que te mantengas despierta.
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