¿Qué nos pasa que nos cuesta tanto decir NO? Tus adentros quieren responder una negativa y terminas enfrascada en un sí de lo más inconveniente para ti. Ahh, pero nos enseñaron a «mentir por convivir» y parece que, sobre todo a nosotras las mujeres, nos prohibieron la palabra «NO» para siempre.
Te decimos 4 maneras de decir no y sin sentir culpa para que cada vez hagamos más empleo de esta poderosa palabra y recordemos que es salvadora de muchas circunstancias infelices, inconvenientes, arriesgadas y problemáticas.
Que no es buena idea andar allá afuera de salvadora y metiéndonos en aprietos ajenos o rebasadas de tareas que NO nos corresponden o no queremos hacer realmente.
Cómo decir no asertivamente y sin culpas
- Yo creo que no
En el libro de «Por qué los hombres aman a las cabr*nas» hay, si no me equivoco, casi un capítulo entero dedicado a aleccionarnos sobre esta fabulosa y poco empleada palabrita: cómo decir no. Así que para las principiantes en la materia, se sugiere empezar con esta frase, en plan firme pero sutil cuando te piden o preguntan algo que sabes que no quieres ni te compete ni conviene: «Yo creo que no». - Lo lamento, esta vez no
Digamos que es el nivel dos, cuando ya medio te acostumbraste y has comenzado a ver los benéficos resultados de decir no suavemente. Este tipo de no es útil para quitar acuerdos preestablecidos, esos automáticos «sí» que ya tomaban por hecho y ya eran costumbre. Aunque pareciera un no temporal, es, como dicen los sabios: un día a la vez, solo por hoy, un no por el momento. Pero es un no. - Te lo agradezco, pero no
Sí, como la canción de Alejandro Sanz con Shakira. Esta forma de decir que no es muy conveniente para contra atacar el «chantaje moral» e impide que abusen de nuestro «corazón de pollo». Es útil para las que nos creemos las rescatadoras, resuelve vidas ajenas, salvadoras, multitaskers, todólogas y sobre todo, a las que el mundo sabe que siempre decimos que sí. (¡Hasta ahora!) - No
A secas. Sin más explicaciones ni comentarios ni agregando la muletilla contigua por excelencia: «gracias». Sabemos que es el «no» más difícil de pronunciar, sabemos que es el más tajante de todos los anteriores. Esta monosílaba, estas dos letras crean una palabra poderosa, firme, contundente y final. Requiere práctica, valentía, arrojo… pero vale la pena adentrarse en el maravilloso mundo del no.
El maravillosos mundo del no
Para finalizar, te sugiero hacer un sencillo, pero super poderoso ejercicio: Haz una plana estilo primaria de la palabra NO, con colores, texturas, subraya, repasa la pluma, como tú quieras. Escribe NO con diferentes tamaños de letra y estilos. Solamente la palabra NO. A la par pronúnciala en voz alta con diferentes emociones: no, en linda; no en súper enojada; no en hipócrita; no en triste; etc….
Familiarízate con esta palabra, siente su poder y agrégala a tu vocabulario habitual… créeme te salvará.
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