
Alexander Wang presentó su colección el pasado domingo 3 de junio, fuera del horario de Fashion Week, con un feeling muy “americano”. No es primavera y tampoco es otoño. De hecho, el diseñador declaró que su clientela no cree en temporadas, por lo tanto, esto cobra sentido. Incluso, la colección estará disponible en septiembre y será reemplazada solo en marzo, dándole así más tiempo a la mercancía para su venta, épocas menores para los “descuentos”… y también acorta los tiempos de producción. En vez de esperar seis meses para comprar lo que se presentó en la primavera para el otoño y viceversa, se achica la espera a tres meses.
Esto también significa que el fast-fashion y el lujo contemporáneo no van de la mano. No era viable mostrar en pasarela e inmediatamente producir la colección. En términos de calidad, confección y productividad se necesita un sólido período de tres meses.
Según Wang, la colección es la fusión de la América desde el emigrante al presente, pero en verdad fue un poco más de lo mismo que venimos viendo del diseñador. Bandanas a lo Axel Rose, shorts de jeans, cueros y crop tops fue lo que predominó. Y aunque se hablaba de una reinvención de la marca, un “logomarca” nuevo (alexanderwang todo en minúscula), digamos que este fue más el sentimiento para vender la colección que la colección en sí.
De lo más destacado fueron los accesorios, las camisas, los nuevos sneaker de Alexander Wang para Adidas y el fino detalle del uso del logo en las diferentes piezas.
El modelo de negocio tiene sentido, no me extrañaría que otras marcas utilicen la receta, pero como todo en la moda, toca esperar a ver cómo reacciona el mercado.
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