Aunque nadie duda de que una adecuada hidratación es fundamental para la salud, no siempre estamos seguros de cómo lograrla. Por eso te traemos estas recomendaciones súper sencillas para que tu cuerpo se mantenga siempre bien hidratado.

Por: Diana Abreu

No solo cuando respiramos introducimos oxígeno a nuestro cuerpo. El agua está compuesta aproximadamente por un 89% de oxigeno y un 11% de hidrógeno, por lo que cuando tomamos este vital líquido añadimos una cantidad importante de oxígeno al cuerpo. Estar bien hidratado genera, entre otras cosas, una buena oxigenación y esta, a su vez, nos ayuda a mantener un metabolismo activo, una buena digestión y a eliminar toxinas de nuestro organismo.

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Agua natural vs. agua “con sabor”

Por otra parte, es importante tener claro que no todos los líquidos se asimilan de igual manera en nuestro cuerpo. Es curioso, pero este puede distinguir entre el agua “pura o natural” y el agua “con sabor” (refrescos, jugos, café); al ingerir la primera, nuestro organismo la envía directamente al torrente sanguíneo, lo que origina un aumento en la hidratación y oxigenación a nivel celular; sin embargo, cuando el agua tiene algún sabor, el cuerpo la asimila como alimento, por lo que la lleva directo al tracto digestivo, sin producir alguno de los efectos positivos antes señalados.

Lo anterior no significa que todas las bebidas de sabor puedan tener un efecto negativo en nuestro organismo, sino que, para acercarnos a un nivel óptimo de funcionamiento de nuestras células, deberíamos basar nuestra principal fuente de hidratación en el agua natural.

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¿Qué cantidad de agua debemos tomar al día?

Muchos nos lo hemos preguntado. La recomendación que comúnmente escuchamos es la de ocho vasos; sin embargo, esta cantidad podría no ser la adecuada para muchas personas. Para determinar de una forma más precisa la cantidad de agua natural que debemos ingerir al día, basta solo con dividir nuestro peso (en kilogramos) entre 7. El resultado equivale al número de vasos de agua de 250 ml que deberíamos tomar diariamente. Cabe mencionar que si estamos expuestos a condiciones que propicien una más rápida deshidratación (actividad física o altas temperaturas), la cantidad de agua que nuestro organismo necesita podría ser superior. Asimismo, dentro de esta ración no se debe considerar el “agua con sabor” que consumimos durante el día.

Como última recomendación, no debes esperar a sentir sed para tomar agua, ya que cuando se presenta dicha situación significa que el cuerpo ya perdió entre 1% y 2% de la misma (es decir, estás en un estado de deshidratación). Debemos mantenernos bien hidratados a lo largo del día, tomando agua periódicamente, para disfrutar los beneficios señalados anteriormente.

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