Siempre hemos escuchado que el desayuno es la comida “más importante” pero muchos no saben por qué y no se le da la importancia que merece. Ya sea porque se nos hizo tarde para ir al trabajo o porque no sentimos hambre o porque se está “a dieta”, se desayuna poco o de plano se omite esta comida.

Por: Diana Abreu

Podríamos pensar que el no hacer una comida nos resta calorías y que contribuye a la pérdida de peso, pero NO en el caso del desayuno, incluso sucede lo contrario, las personas que no desayunan tienen más probabilidades de engordar y todo tiene que ver con que el desayuno marca la pauta del hambre y la ansiedad que se puede llegar a sentir durante el día. Si no se controla el hambre o la ansiedad, podemos terminar comiendo alimentos no saludables en exceso.

Consume proteínas

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En la mañana, nuestro cuerpo está preparado para transformar los alimentos en energía. En esta fase, se encuentra despierta la hormona cortisol, que está encargada de utilizar las proteínas como energía. Si no desayunamos, el cortisol va a obtener la energía de la reserva de proteínas que tenemos en el cuerpo, o sea de los músculos, por lo que vamos a perder masa muscular y a ganar un metabolismo más lento. Es por ello que debemos hacer un desayuno alto en proteína, para que nuestro cuerpo aproveche los aminoácidos de los alimentos y no de nuestra masa muscular.

Consumir proteínas en nuestra primer comida acelera el metabolismo y ayuda a controlar el hambre durante el resto del día. Un desayuno sin o bajo en proteína va a ocasionar que sintamos hambre a cada hora, y con ello la necesidad de alimentarnos a deshoras.

No olvides los carbohidratos

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Cuando hablamos de que el desayuno puede controlar la ansiedad, nos referimos a la cantidad de carbohidratos que con- sumimos a esta hora. Un desayuno sin o con muy pocos carbohidratos va a ocasionar una caída más abrupta de serotonina en la tarde. ¿Qué significa esto? La serotonina es la hormona relacionada con el control de la ansiedad y el antojo por azúcar, y sus niveles tienden a bajar a media tarde, entre las 16 y 17 hrs. Un desayuno basto en carbohidratos ayuda a que la hormona no baje bruscamente y no sintamos la necesidad de comer azúcar a esa hora. Es importante recordar que a medida que cae la tarde, la insulina funciona de una forma ineficiente, ya que en vez de transportar la glucosa a los músculos, como lo hace en el día, lleva a la glucosa a las reservas de grasa. Esto significa que los carbohidratos que comamos a esta hora del día, no serán utilizados, ¡sino almacenados!

Desayuna sin miedo

No debemos sentir miedo de hacer un desayuno generoso y abundante, ya que, como se dijo, es la hora óptima para darle combustible a nuestro cuerpo, y que lo pueda utilizar. Lo adecuado es comer por lo menos el 40% del total de nuestras calorías diarias entre 8 y 9 de la mañana para que los alimentos sean óptimamente aprovechados.

¿Cómo podemos saber que desayunamos adecuadamente? Poniendo atención a los mensajes de nuestro cuerpo. Si después del desayuno, sentimos hambre a las pocas horas, y durante el día, significa que nos faltó proteína. De igual forma, si al atardecer sentimos ansiedad por algo dulce, significa que no incluimos los suficientes carbohidratos por la mañana.

Tomando en cuenta lo anterior, vale mucho la pena hacerse el tiempo e incluso el apetito, que muchas veces no tenemos a estas horas de la mañana, para darle al cuerpo lo que necesita para empezar la mañana con todo y sentir- nos bien durante el resto del día, sobre todo si queremos perder unos kilos o mantenernos en un peso saludable.

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Diana Abreu es Health Coach especialista en Fitness Nutrition: Facebook: Diana Abreu HC Twitter: @dianaabreuhc Instagram: @dianaabreuhc www.dianaabreuhc.wordpress.co


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