En el corazón del Himalaya, la tierra del dragón del trueno ha sido denominada como la más placentera, gracias a una gran iniciativa que ha sabido perdurar en el tiempo.

Por Vanessa Guzmán.

Seguro te estarás preguntando ¿cómo es que el reino de Bután puede ser el más feliz del mundo? Pero aunque tal vez parezca mentira, nada está más cerca de la verdad que eso. No es solamente por la belleza de sus tierras o de los vibrantes colores que la adornan: todo va de la mano gracias a un sistema creado específicamente para medir la felicidad de cada habitante de este país. Parece un poco complicado, pero cuando sepas a qué se refiere, estarás encantada de saber cuán gratificante es para sus reyes estar al tanto del bienestar de sus súbditos.

Felicidad interior bruta

Fue hace 35 años cuando el cuarto rey de Bután, Jigme Singye Wangchuck, decía en su discurso de coronación, el 2 de junio de 1974, que: “La felicidad interior bruta es mucho más importante que el producto interior bruto… Los ricos no siempre son felices, mientras que la gente feliz generalmente se considera a sí misma rica”. Y desde ese preciso momento esta premisa ha guiado la política de Bután y su modelo de desarrollo.

Thimphu, Bhutan - Septiembre de 2009.

Thimphu, Bhutan – Septiembre de 2009.

Para Jigme, el verdadero crecimiento de una sociedad se basa en la combinación de los avances materiales y espirituales de sus habitantes. Además, se mantenía sumamente preocupado por los problemas que atraviesan los países que se centran únicamente en el proceso económico.

De esta manera, se creó el FIB: Felicidad Interior Bruta, sustituto del Producto Interior Bruto, el cual está acorde con la filosofía budista, que persigue intensificar el bienestar humano a partir de la garantía de ciertos derechos y parámetros sociales, tratando de no promover tanto la obtención de bienes materiales.

 

Fieles a sus tradiciones

El impresionante Dzong de Jakar, Bután.

El impresionante Dzong de Jakar, Bután.

La lucha más fuerte de Bután es mantener un equilibrio entre sus costumbres y las nuevas tecnologías. En la actualidad, aún los butaneses son una sociedad matriarcal, está prohibido el uso de bolsas plásticas, no se permite enjaular animales y, por ninguna razón, se puede fumar en sus calles, ley que le permitió convertirse en el segundo país libre de humo, solo después de Niue (Pacífico sur).

 

En cuanto a los avances tecnológicos, estos se han presentado con un poco de retraso. Tal es el caso del teléfono, el cual llegó a mediados de los años 60; la televisión e Internet lo hicieron en 1999.

 

Reyes de encanto

El Dzong Punakha junto al río en Paro.

El Dzong Punakha junto al río en Paro.

Otro factor que influye mucho en la felicidad del pueblo de Bután es la calidez humana que han mostrado todos sus mandatarios. Actualmente, quienes están a cargo son Jigme Khesar Namgyal Wangchuck –quinto Rey Dragón– y su esposa, la reina Jetsun Pema. De hecho, son considerados como los más cercanos a las personas, pues hace poco crearon una aplicación a través de la cual se pueden apreciar diversas imágenes de ambos, así como los días especiales para ellos o para la comunidad.

 

 


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