Hoy quiero dedicarle mi tiempo, mis palabras, mi escritura, ¡a la escritura! A este ejercicio que he practicado por años, de manera reflexiva.
De alguna manera, siempre, una vez que tienes el conocimiento de escribir, utilizamos la herramienta para expresar en papel, muchas cosas, dejar un recado, recordarnos algo, compartir con otros, ponerlo en palabras para que luego pueda repetirlo del papel y pueda expresarlo en voz alta, es decir, leído para que no se me olvide nada y para poder decir lo que quería. En fin, que escribir definitivamente es una gran herramienta, y muchas veces damos por hecho.
Por eso hoy quiero escribir para reconocer y proponer a mi lector que use esta maravillosa forma de expresar y de auto explorarse que tiene cualidades terapéuticas, de conexión y sanación.
Hace 8 semanas emprendí un reto a partir de un libro que se llama “El Camino del Artista”, de Julia Cameron, ese libro que compré como hace un año y que ahí lo tenía, y lo había hojeado, pero no le había dado tiempo y como todo, “todo llega a su tiempo” este libro llegó al tiempo de ser abierto, un año después de haberlo comprado.
Y después de que una amiga lo recomendó como buena herramienta para escribir, y en pandemia, es decir, en encierro, decidí darle oportunidad. ¡¡Uuufff!! Si quieren dedicarse un tiempo productivo y saludable en estos días de encierro pandémico, en serio, ¡corran a comprarlo!
Para no espoilearles de qué va, les hablo solo de la estructura, para que quizás, les ayude a decidirse emprender “el camino” de la mano de Julia.
Es un libro de trabajo para sanar tu relación con tu parte creativa, para rescatar a tu artista interno.
Cada capítulo es una semana y te invita a dedicarle una semana a un tema diferente, en el que tendrás que dedicarle algo de tiempo a pensar, y hacer cosas, así como a escribir. Por supuesto que lo que más te ocupa del libro es hacer los ejercicios que definitivamente te llevan a descubrir cosas maravillosas de ti, y de repente puedes descubrirte sentada frente a esa parte tuya que es tu artista y que tenías bastante abandonada, castigada, exiliada… y que, por primera vez, te atreves a ver frente a frente, y la aceptas en tu vida, en tu experiencia, en tu encuentro contigo. Y ¡Sí! es un gran ejercicio, de corazón te invito a darte la oportunidad de conocer a esta gran mujer que se atrevió a poner en papel este taller que ella ha dado por muchos años, (no se si lo siga haciendo) ayudando a rescatar a tantos artistas del destierro de tantos seres humanos que seguro se vivían como una especie de zombis por no contar con esa parte fundamental de cada Ser.
Con esto no quiero decir que todos tengamos que convertirnos en escritores, directores, escultores, pintores famosos, ¡Nooo, qué va! ¡Con que vivas tu vida con toda la creatividad que te corresponde, verás cómo la disfrutas más! Sólo por eso.
Lo que podemos hacer
Pues bien, después de poner el antecedente de lo que hay que hacer en el “El Camino del Artista”, quiero mencionar un ejercicio que he venido haciendo fielmente como tarea de este libro. Las páginas matutinas: es una sugerencia que escribas tres páginas todas las mañanas, en una libreta, a mano.
Yo por años he escrito, me encanta, aunque no le doy forma a compartir más que artículos como lo hago por este medio, siento que tengo mucho que compartir y decir, y me limito y me quedo hasta escribir para mí. Así que por esa razón acepté el reto de hacer el libro y ser muy dedicada en mis páginas matutinas.
Antes, en mi adolescencia, en mi adultez joven escribí mucho, para explorar, contarme cosas, desahogarme, no sé cómo habría sobrevivido sin haber escrito, sólo que entonces solía escribir por las noches, antes de dormirme llevaba un diario y ahí expresaba todo lo que quería desahogar, y me sirvió muchísimo, y luego por alguna razón lo dejaba, y me doy cuenta que he ido y venido a lo largo de toda mi vida haciendo eso, escribiendo para mí, expresando lo que siento, lo que pienso, y una vez que empecé a tomar terapia, a bajar al papel mis descubrimientos en la sesión, me percaté que cuando escribía hacía más mío lo que había descubierto en la terapia, y entonces lo acomodaba en mi mente para poderlo bajar al papel, y así me reafirmaba en mi proceso.
La diferencia de hacer las páginas matutinas en vez de escribir por escribir a cualquier hora, y la cantidad que quiera, es que dice Julia que después de página y media empieza a salir lo que verdaderamente quieres decirte… y quedarte escribiendo aunque parezca que no tienes qué escribir, te da la oportunidad de “quitar el tapón” para dejar salir aquello que por miedo, o por desconfianza, o lo que sea, no estás dejando salir. ¡Y ha sido una experiencia fabulosa! Que me emociona y por eso decidí compartirla. Es más, te confieso, que este texto surgió de mis páginas matutinas de hoy, justo recién que me desperté como hace ocho semanas tomé mi libreta y me puse a escribir, relataba que hoy me tocaba publicar, y que escribiría de cierto tema que voy a escribir el próximo mes, y me di cuenta que aún estoy en enero… así que decidí mejor escribir de esto que hago y que me gusta tanto. Mis páginas matutinas. ¡Y aquí estoy! Compartiendo contigo este maravilloso ejercicio.
¿Por qué en la mañana?
¿Qué tiene de diferencia hacer esto en las mañanas? Dice Julia que escribir en la mañana estas tres páginas te ayuda a vaciar, sacar todo lo que traes de preocupación, que expresas en sueños, o pensamientos que emergen recién te despiertas, que suelen ser problemas, preocupaciones, o pendientes. Entonces, antes que nada, tomas tu libreta y los sacas, desahogas todo lo que viene a preocuparte, a estresarte, a desestabilizarte. Sacas todo eso, con tu escritura y una vez liberado, entonces puedes empezar a encontrar soluciones si es lo que necesitas, y ¡lo mejor!, empiezas tu día sin esa carga, que antes me acompañaba todo el día, y que entintaba mis actividades dependiendo el humor con el que me levantaba.
Cuando sacas todo en tus páginas matutinas es como un doble baño, limpias tu pensamiento, y emoción, y empiezas limpia, y eso hace en gran medida una diferencia en vivir cada día. A veces hasta me descubro con ganas de seguirme, y lo hago en otra libreta he retomado y dejo por escrito todo lo que necesitaba sacar y ordenar y me quedo limpia y clara para vivir mi día.
Sí, escribir es un gran aliado a la terapia, y si no puedes hacer terapia, por lo menos empieza a escribir y deja que esa actividad se convierta en tu inicio de terapia. Y si puedes comprarte el libro y hacerlo, ¡bienvenida/o al club! Es el mejor regalo que te puedes dar.
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