En ocasiones puedes llegar a pensar que tienes hambre porque sientes un vacío en tu cuerpo, sin embargo no siempre es así, puede que estés confundiendo tus emociones.

¿Haz sentido la necesidad de comer, sabes lo que quieres y te urge por hacerlo,  y una vez que lo haces sientes un poco de frustración o desgano pues lo que comiste no llenó ese espacio que tu organismo te indicaba? ¿Te ha pasado que a veces comes porque sí, porque estás aburrida y no tienes nada mejor que hacer? Bueno, déjame decirte que a eso se le conoce como «hambre emocional» y la diferencia con respecto al «hambre real», es que esta comienza progresivamente y podemos saciarla con lo que tengamos cerca y sin mucho análisis.

Nos ha pasado, que cuando estamos muy felices nos provoca comer pizza o hamburguesa. Cuando estamos un poco fastidiadas optamos por las papas fritas. Mientras, cuando la tristeza nos embarga, corremos contra viento y marea por una barra de chocolates. De estas crisis de hambre emocional, resulta la mayoría de las veces, los casos de aumento de peso desmedido y obesidad. Así que, ¡ten cuidado!
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Según un estudio realizado por la Universidad de Texas, existen algunas diferencias entre el hambre real y la emocional:

  • El hambre emocional inicia repentinamente; la real ocurre gradualmente.
  • Cuando comes para aliviar un sentimiento no importa si tu estomago está lleno o vacío, solo lo necesitas. Por eso, no importa el alimento que escojas realmente no te bastará. Mientras que, cuando comes por hambre real, cualquier opción será suficiente.
  • El hambre emocional necesita ser satisfecha de inmediato con el alimento que deseas; la real puede esperar.
  • Aún cuando estás llena, si estás comiendo para satisfacer una necesidad emocional comerás aún más. Si lo haces por hambre real, dejarás de comer cuando te sientas llena.
  • El comer emocional incluye siempre sensaciones de culpa; el hambre real, no.

Consejos:

  1. Aprende a comer, espera que realmente tengas hambre y no solo «un poco de apetito». Aunque parezca obvio, suele ser complejo de aplicar en la vida diaria.
  2. Cuando quieras mitigar alguna emoción concentra tu mente en alguna actividad, haz ejercicios.
  3. No te saltes ninguna comida, para ello puedes elaborar un plan de alimentación que sepas que puedes seguir.

 


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