Se me hace sumamente extraño que en pleno siglo XXI, año 2016, se generen tantas emociones y expectativas por la posible elección de una mujer a la presidencia de Estados Unidos. El sentimiento es real y se expande y repercute en muchas ramas como la moda.

En Estados Unidos durante las últimas semanas se generó un movimiento en las redes sociales que se titula #WearWhiteToVote (viste blanco para votar) en solidaridad y apoyo al movimiento sufragista americano. Este movimiento se originó en 1917 y mujeres como Margaret Fuller, Elizabeth Cady Stanton, Lucy Stone y Susan B. Anthon, fueron protagonistas del mismo. Desde sus origines el color blanco marcó la identidad de este movimiento y como lo mencioné en una de mis notas anteriores, parte de la razón que inspiró a Ralph Lauren y a Hilary Clinton a colaborar utilizando  un traje blanco para la convención demócrata, fue en apoyo a este movimiento que hoy ve sus frutos y es que una mujer es la gran favorita a ganar las elecciones del país americano.

Paralelo surgió otro movimiento en las redes sociales #PantSuitNation (La nación de los trajes) en el que mujeres abogaban a usar trajes de pantalones a la hora de votar para apoyar a Hillary Clinton. En Estados Unidos existe el  sistema “Early Vote” (Votar Temprano) en muchos estados de la Federación, infinidad de mujeres se han visto en las filas electorales vistiendo de esta manera para apoyar a la candidata. Sonará banal para algunos, romántico, para otros, pero como mujer yo lo veo como un momento de poderío.

Siempre argumento que vestir es un reflejo directo a lo que ocurre en nuestra sociedad, una forma artística y antropológica que cuenta la historia de nuestros tiempos y esta vez no es la excepción. Si vestir de una mujer inteligente y preparada inspira a las mujeres y genera solidaridad, es un acto esperanzador y sobretodo de crecimiento para nuestro género.

Este furor se ha expandido a lo comercial; lo curioso es que aún Ralph Lauren no ha puesto a la venta trajes similares a los que ha presentado Hillary y el más buscado para la fecha ha sido el traje Blanco. La casa de moda se ha enfocado en ser parte de esta historia, mas no lucrar de la misma (o por lo menos no ahora) cosa que me parece noble. Si bien parte del sentimiento es que Hillary por ser mujer genera emociones, es de seguro su inteligencia, su procedencia laboral, su tenacidad y su habilidad de jamás perder las compostura, ni en los momentos mas bajos e irrespetuosos que se enfrento ante su candidato, lo que incide en nuestros sentimientos.

Mañana veremos el peso de esta historia, el peso de este traje y si todo sale como en lo personal lo espero, una conexión directa del vestir y del poderío de una mujer en la nación más poderosa de nuestros tiempos.

 

-Una columna de opinión de Gabi Ramos desde Nueva York-

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