Las personas en nuestra vida casi siempre son pasajeras. Algunas llegan para dejarnos un aprendizaje; otras, son como una montaña rusa, nos hacen subir hasta lo alto para sentir toda clase de emociones intensas, pero que al caer creemos que morimos un poco. Pero también hay personas que nos acompañan en todo el camino y nos ayudan a sentirnos menos solos. Los amigos verdaderos son los mejores de todos y conservar a un amigo es igual de trabajo que conseguirlo.
Los amigos verdaderos no son tan fáciles de que lleguen a la vida. Crear una conexión tan íntima requiere de tiempo, confianza y experiencias vividas con la persona, Por ello es más fácil conservar a un amigo que conseguir uno nuevo.
Las posibilidades de hacer «Match» a medida que pasan los años se vuelven más pequeñas y es que llega la etapa de formar nuestra propia vida y pensamos que no tenemos tiempo para nadie más. A veces esto crea que nos alejemos u olvidemos a nuestros amigos e incluso posterguemos salidas para «otro día» cuando puede que ese otro día nunca llegue.
La importancia de conservar a un amigo
Los amigos están ahí en las buenas y en las malas. Dicen la verdad aunque duela y nos señalan los errores para poder mejorarlos.
A veces sus métodos no son como nos gustaría pero hay que aprender a aceptar a la persona que es. Nunca estarás plenamente satisfecha con la actitud de tus amigos.
Saber perdonar es clave para conservar a un amigo. El orgullo no te escuchará cuando te sientas mal y el ego no te puede aconsejar. Ambas posturas salen caro y créeme, nunca es tarde para pedir disculpas.
Sé recíproca. Así como recibes da a cambio. Tienes que estar ahí en sus peores momentos y aconsejar a tu amiga porque también desea la misma atención que ella te da. Si sólo piensas en el beneficio que consigues puede que se termine cansando y se marche.
Una amiga es oro puro, el apoyo emocional que nos brinda repercute incluso en la salud mental y los momentos compartidos serán atesorados para toda la vida.
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