Las amenazas de trabajar en oficina

Si tienes extenuantes jornadas laborales, pon atención a las complicaciones que pueden generarte a largo plazo.

Las malas posturas, permanecer mucho tiempo sentado o de pie son dolencias muy comunes en personas que trabajan en una oficina. Recientes estudios calculan que entre el 50 y el 80% de la población que a lo largo de su vida trabajaron en oficinas desarrollaron malestares en la espalda principalmente por factores ocupacionales.

Según la Dra. Paola Maldonado, Especialista en Medicamentos de Consumo, “el tiempo que permanecemos sentados es tan amplio, que si lo sumáramos, equivaldría a aproximadamente ocho años, lo cual, además, ocurre en condiciones no idóneas y en posturas no saludables, derivando en un impacto negativo a la salud”.

En ocasiones los malestares musculares se mezclan con tensiones psicológicas asociadas al trabajo. Emociones como: frustración, irritabilidad e incomodidad aumentan la ansiedad e incrementan el dolor muscular, generando así una espiral de estrés emocional y dolor físico. Incluso puede llevar a la depresión y perjudicar la vida social, laboral y familiar.

Si quieres evitar que el horrible dolor de espalda se apodere de tu vida, mira las recomendaciones que la Dra. Paola Maldonado tiene para calmar estas dolencias.

Levántate y estírate por dos minutos: realizar esta sencilla acción por lo menos cada hora. Verás los grandes beneficios a largo plazo; además evitarás que los músculos se queden en la misma posición durante mucho tiempo.

Date un masaje: cuando se intensifique el dolor de espalda o en los puntos de tu cuello, puedes darte un masaje, esto te ayudará a controlar la inflamación y el dolor asociado a los malestares de cuello y espalda.

Utiliza la respiración como relajante

Puedes entrenar tu respiración para relajarte, solo tienes que colocarte sentada o de pie en una posición erguida y vaciar tus pulmones lentamente. Al terminar inhala, inflama tu estómago y después la caja torácica, y cuando eleves la parte alta de tu pecho retén el aire en los pulmones, después la parte media y la parte baja. Mantén los pulmones vacíos unos segundos y repite el proceso 10 o 20 veces.

¡A estirarse!

Tomarte unos minutos para estirarte te ayudará a liberar tención. Lleva los omóplatos hacia atrás, acercándolos entre sí, sin hacer un esfuerzo excesivo. Mantenlos unidos unos segundos y repite este ejercicio dos veces.

Recuerda que tu salud y tu bienestar son lo más importante.


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