No cabe duda que el #quédateencasa retó a la población mundial a enfrentarse con sus sentimientos, pensamientos, conductas y relaciones de manera profunda, evidenciando así de qué material estábamos hechos. Si estás teniendo pleitos de pareja, ya sea más o peores, lee esto.

Los pleitos con la pareja, la violencia doméstica y los divorcios son consecuencias que las estadísticas durante la pandemia no dejan mentir. El confinamiento ha puesto el foco sobre las relaciones «amorosas», dejando a las parejas confinadas pocas opciones: se arreglan o se terminan.

En China se esperaba que se diera el boom de los embarazos mientras las parejas permanecían en casa sin esas 8 a 10 horas de separación que la mayoría de los trabajos, trayectos y otras actividades los mantenían separados. Cuál fue su sorpresa que lejos del boom del «segundo hijo», la población (principalmente femenina) hablaba a las oficinas correspondientes apartando una cita para solicitar el divorcio.

Pleito «normal» o violencia doméstica

En México aún es pronto para tener esos números, los juzgados permanecen cerrados. Sin embargo, la oleada de violencia doméstica ya se ha visto exacerbada, al grado de declarar ley seca en algunos municipios, con el argumento de que alcohol se considera un motor influyente y agravante.

Pelar por los derechos, debatir una diferencia y discutir un problema son métodos para llegar a acuerdos dentro de la pareja. Pero estos conllevan límites físicos y psicológicos para que sean considerados métodos saludables, tóxicos o violentos y peligrosos.

¡Consulta el violentómetro oficial a la de ya! Ahí verás qué hacer en caso de una situación grave.

De qué peleamos

En un sondeo silvestre a conocidas, desconocidas y reportes de medios, pude inferir de qué es de lo que se quejan más mujeres al estar confinadas en pareja.

  1. ¡No hace «nada»!
  2. Pasa horas frente al televisor/celular/videojuego
  3. No «me ayuda» con las tareas de aseo ni con los niños
  4. No respeta mi tiempo, privacidad ni silencio durante mi home office
  5. Juega con los niños a deshoras saboteando sus rutinas y responsabilidades
  6. Se queja de lo que cocino y de cómo aseo, aunque él no mueva un dedo
  7. Detrimento en nuestra vida sexual
  8. Aburrimiento en general
  9. No compartimos nada (ideologías, planes de vida, sueños, hobbies, etc. en común)
  10. Se la pasa tomando/borracho/otros vicios
  11. Los acercamientos terminan en pleito
  12. Está irritable/agresivo/paranóico/pesimista.

Con cuántas frases te identificas, ¿más de la mitad?

Cómo peleamos

Muchas veces el problema no radica en el qué sino en el cómo y cuánto. Es decir, no tanto el tema, sino la capacidad que la pareja tenga para discutir un problema o diferencia asertivamente… y llegar a una solución o acuerdo en un tiempo considerable.

Sin necesidad de llegar a la violencia, a la discusión diaria, a la «agresión pasiva» porque voló la mosca ni al distanciamiento crónico (formas de violencia disfrazada).

Realmente, ¿te cae bien tu pareja?

Te dejo con una reflexión final, más que yo te la deje de tarea, el origen de los pleitos de pareja es algo que el confinamiento nos ha llevado a revisar.

Muchas veces podemos cumplir aniversarios, atender compromisos sociales, rutinas de hogar y con los hijos, pagos, acuerdos preexistentes y hasta relacionarnos sexualmente con la pareja sin que nos detengamos a reflexionar en la pregunta anterior. Han pasado años desde que decidieron juntarse, hoy ¿volverías a escogerlo como pareja?, tú ¿qué aportas como pareja?

No todo es negro en cuestión parejas confinadas, muchas también se han reencontrado, ya que justo «tiempo compartido» era lo que habían dejado en el olvido por tanta actividad fuera de casa y han logrado trascender el vendaval.


Síguenos en redes sociales como @KENArevista: