Ciertamente la interacción que tenemos con nuestros amigos ha cambiado: ahora Facebook nos recuerda sus cumpleaños y por Instagam somos testigos de sus aventuras y las de sus hijos. ¿Eso hace que seamos mejores o peores amigos?
Veamos…
¿Amigos reales o de mentiras?
En la era de «los números», al parecer importa más el número de seguidores en Instagram que las personas que están pendientes de si estás bien o necesitas algo en tu vida cotidiana. ¿Y qué decir de los amigos en FB? Tenemos cientos -si no es que miles- de amigos pero, ¿a cuántos de esos realmente conocemos? Y dejen «conocemos» en el significado profundo, ¡conocernos de haber visto algún día!
La amistad es una de las formas de relacionarnos más profundas y significativas que tenemos. Si nos fijamos, a nuestra familia y pareja les exigimos mucho y a veces llegamos a ser groseros, pero con los amigos se cuidan mucho más las formas. Yo siempre digo que deberíamos de hablarnos a nosotras mismas como le hablamos a nuestra mejor amiga: con cariño, consideración, tomando en cuenta su corazón y cuidando siempre su bienestar.
¿Amigos reales o cibernéticos?
A veces se subestima la presencia de un amigo no físico. No, no hablo de un espíritu sino de una persona que está lejos y con quien nos comunicamos de manera digital. Yo puedo decir que amigas de otras ciudades e incluso, países, me han consolado en épocas difíciles, me acompañan en momentos de tensión e, incluso, hasta he presenciado bodas virtuales (transmitidas vía streaming por internet).
Creo que el cariño, apoyo, contención y la camaradería pueden darse ya sea física o virtualmente.
Es más, recuerdo que hace muchos años (cuando nos comunicábamos a través de una computadora por medio del Messenger de MSN), mi mejor amiga y yo veíamos Grey’s Anatomy mientras chateábamos (vivíamos en distintas ciudades). El chismorrín era increíble, porque comentábamos lo que estaba sucediendo en el episodio. De hecho, esta convivencia virtual es parte de nuestros recuerdos y símbolo de nuestra relación.
¿Las llamadas? ¡Para qué!
Este punto sí que ha cambiado. Tengo que confesar que no siempre llamo y que cada día hay más mensajes en WhatsApp con mis amigos. Esto se debe, quizá, a que no tengo tanto tiempo libre como antes para llamar, pero también… ¡a que ya lo damos por hecho! Para mí sigue siendo mucho más cercana la voz de mi amistad que un mensaje, pero para ciertos comentarios, la verdad, ese mensaje rápido sí es eficiente.
Tip: No dejes de llamar, es mucho más cercano. Y si a penas estás construyendo una relación, el tono de la voz te dirá mucho más que leer en el frío Whatsapp el mensaje.
¡Gracias al FB por recordarme todo!
No sé si les pasa a ustedes, pero yo recuerdo los cumpleaños de todas mis amigas de la infancia y ninguno de los nuevos. Este año anoté varios cumples en mi agenda (aunque no lo crean, utilizo una de papel) para tratar de recordarlos mejor (y sin usar la tecnología), espero que no se me pase ninguno. Pero, la verdad, es que pocos hacemos el esfuerzo por aprenderlo de memoria, ¿a poco no?
¿Entonces… ya no es como antes?
No, ya no es. Pero eso no significa que sea «peor»… simplemente ha cambiado. Ya no hay esas llamadas interminables por el teléfono de casa (y los pleitos entre hermanos porque está ocupada la línea), ahora las adolescentes se comunican por WhatsApp o por FaceTime y es un gran drama si se les castiga el teléfono.
La forma de relacionarnos no es la misma pero el cuidado que se tiene a esta relación -como en cualquier otra- es el mismo: hay que estar al pendiente del otro, expresarles nuestro afecto, estar para ellos en las buenas y en las malas y no dejar pasar años sin esa reunión (de preferencia en persona) para actualizarnos.
La vida y las comunicaciones evolucionan, pero esta relación 360 en particular, la amistad, siempre será una de las más importantes, ¡hay que cuidarla!
¿No tienes pareja? ¡Eso no importa! Esta celebración requiere solo de tus amigas.
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