Reconoce la importancia de expresar lo que sientes y empieza a demostrar todos esos sentimientos sin miedos ni traumas.

¿Alguna vez has tenido miedo o vergüenza de decirle a alguien lo que realmente sientes? En muchas ocasiones solemos mostrarnos fuertes a nivel emocional, creando un muro de apariencia indestructible. ¿Será que está bien?

Alicia Escaño Hidalgo, licenciada de psicología por la Universidad de Málaga con Máster en terapia de conducta y salud, explica que hablar de nuestros sentimientos resulta efectivo como método terapéutico.

Pero te preguntarás, ¿cómo me beneficia hablar de mis propios sentimientos?

Escaño considera que expresar los sentimientos, bien sean negativos o positivos, resulta realmente liberador

Cuando hablamos de sentimientos positivos, puedes tomar como ejemplo: conversar con tu pareja sobre un ascenso laboral. En este aspecto, liberas las emociones gratificantes y compartes esa noticia que te llena de felicidad.

Pero lo que más nos cuesta es hablar sobre nuestros sentimientos negativos, que por lo general, evitamos o dejamos escapar. A muchos no nos gusta «quejarnos».

“Cuando intentamos borrar la emoción, como si fuese una frase escrita a lápiz en un papel cualquiera, lo que generamos es aumento de la emoción”, asegura Escaño.

El momento ideal para hablar de tus sentimientos

Todo sentimiento se refleja por esa presión o sensación en el pecho de querer decirlo todo, pero por miedos, no decimos nada. Aquí es justo donde debes hacerlo.

Hay situaciones que son difíciles de conversar o se tornan un poco arduas o comprometedoras para decirlas. Pero debes entender que con miedo, vergüenza o coraje, no obtendrás lo que queremos conseguir a cambio: liberarte, expresarte.

La especialista recomienda que te hagas responsable de tus sentimientos, y que en cualquier escenario o con quien quieras hablar, empieces con una frase garante: “yo siento” completándola con tus razones.

No olvides lo importante que en este mecanismo de terapia es el respeto del punto de vista de la otra persona.

La recomendación es que expreses todo lo que sientes y aceptes que eres un ser humano que vive y padece. El decidir evadirlo o guardártelo no te hará ver más fuerte, sino acelerará el miedo a ser rechazado, lo que puede generar episodios de ansiedad.

¿Ves que sí vale la pena?

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